El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, y el presidente, Alfonso Fernández Mañueco, en un pleno de las Cortes.

El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, y el presidente, Alfonso Fernández Mañueco, en un pleno de las Cortes. ICAL

Región

Tres meses de un idilio con altibajos entre PP y Vox en el Gobierno de Castilla y León

La relación entre ambas formaciones ha estado marcada por momentos de gran entendimiento y otros de tensiones y discrepancias

10 julio, 2022 07:00

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Este lunes se cumplen tres meses de la investidura de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de la Junta de Castilla y León en virtud del acuerdo de Gobierno del Partido Popular con Vox, alcanzado un mes antes. Tres meses de una relación con altibajos entre dos formaciones condenadas a entenderse tras los resultados que arrojó la noche electoral del pasado 13 de febrero y que han combinado momentos de gran entendimiento, al menos de cara a la galería, con otros de serios choques y tensiones.

Un Gobierno de coalición, el primero del que forma parte Vox en su historia como partido, que ha colocado a Castilla y León en el centro del foco mediático y que ha marcado las agendas de los partidos a nivel nacional. El PSOE ha utilizado el pacto en la Comunidad para atacar al nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que está tratando de dar un giro al centro y a la moderación en su formación y para el que el acuerdo de Castilla y León se ha vuelto un elemento incómodo. De hecho, Feijóo no asistió a la toma de posesión de Mañueco en la que si que estuvo la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, además del líder de Vox, Santiago Abascal.

Mañueco se adapta a Vox, Villalar y la designación de senadores

Los puntos del acuerdo de Gobierno ya mostraban con claridad que Vox había logrado imponerse en las negociaciones y había introducido gran parte de sus peticiones a pesar de contar con tan solo 13 procuradores. En el acuerdo se hablaba de reconciliación entre españoles, de violencia intrafamiliar o de inmigración ordenada, entre otras cuestiones. Una adaptación del PP a Vox que se concretó en el discurso de Mañueco en su toma de posesión en el que el presidente de la Junta habló de violencia intrafamiliar, inmigración ordenada, concordia y aseguró que el sistema educativo autonómico estaría "libre de todo adoctrinamiento ideológico". Un discurso, pues, que mostraba que la formación de Juan García-Gallardo había logrado imponer muchas de sus peticiones a nivel programático.

En su primer discurso ante las Cortes, García-Gallardo agradeció a Mañueco "haber estado a la altura" y "no haber cedido a presiones". Y realizó un contundente discurso en el que no dejó títere con cabeza y atizó a los principales líderes de la oposición: Luis Tudanca, Francisco Igea y Pablo Fernández. Además, insistió en acabar con el Estado de las autonomías, una de las cuestiones que más tensiones ha generado con los populares, fervientes defensores del autonomismo.

No habían pasado ni dos semanas desde la investidura y la celebración del Día de la Comunidad supuso otro momento de fricción entre ambos partidos. "Una vez estudiemos la memoria económica y las actividades de la Fundación de Castilla y León veremos la viabilidad y trabajaremos para que el próximo año todo sea más austero", aseguraba el presidente de las Cortes, Carlos Pollán, de Vox. Además, Pollán no asistió a la celebración en Villalar, como es tradición, y García-Gallardo aseguró que la fiesta estaba "secuestrada por la izquierda", mientras el PP participaba con normalidad en los actos.

El 4 de mayo PP y Vox se repartieron las comisiones de las Cortes y el pleno de designación de los senadores autonómicos del 10 de mayo calmó las aguas. El acuerdo entre PP y Vox para votar a favor de la terna de senadores permitió que Javier Maroto fuera elegido representante en el Senado por el PP, a pesar del intento de bloqueo del PSOE que llegó a votar en contra de su propio candidato para impedir la elección de Maroto. Eso sí, Vox exigió, a cambio de su voto favorable, una reforma de la Ley de designación de senadores para que se eligieran por separado, una modificación que acaba de ponerse en marcha a principios de este mes.

Veganzones y el comunismo, Noelia Frutos y la dimisión del gerente del Ecyl

Vox volvió a avivar la polémica durante el pleno de la presentación del Informe Anual del Procurador del Común en las Cortes en el que el portavoz de la formación, Carlos Menéndez, defendió reforzar la administración local frente a "un sistema autonómico que enfrenta a los territorios". Además, durante la presentación de su programa de Gobierno ese mismo mes, el consejero de Industria y Empleo, Mariano Veganzones, alertó del peligro del comunismo -un mantra que desde ese momento comenzó a repetir de forma habitual, y por el que se ha hecho conocido- y aseguró que "la ficción del globalismo buenista de la Agenda 2030 nos lleva a la ruina", una Agenda 2030 defendida a ultranza por el PP.

En aquella comparecencia, además, Veganzones ya avisó de que Industria revisaría la participación de los sindicatos en la formación de los desempleados, anticipando el recorte a las subvenciones que anunciaría semanas después. El consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas, también contradijo los postulados del PP cuando aseguró que había que frenar "la estigmatización de ciertos productos por fanatismos de carácter ambientalista".

García-Gallardo siguió la senda marcada por sus consejeros y en la presentación de su programa de legislatura exhibió su rechazo frontal a las autonomías, al aborto y a la eutanasia y acusó al Gobierno de "pervertir a los niños con la educación sexual". El PP mostró su insatisfacción con esa intervención y acusó a Gallardo de estar excediéndose en sus competencias.

Además, en el primer pleno ordinario de las Cortes, celebrado el 24 de mayo, el vicepresidente mantuvo un duro cara a cara con la procuradora socialista con discapacidad Noelia Frutos, a quien aseveró que "iba a tratar como si fuera una persona como todas las demás". Las asociaciones en defensa de las personas con discapacidad exigieron una rectificación a Gallardo que no llegó y destacados dirigentes populares criticaron las palabras del vicepresidente. "Me sorprende el uso del exabrupto como arma política", dijo el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno.

A pesar de las discrepancias del PP, los populares se vieron obligados a arropar al vicepresidente en el siguiente pleno y tumbaron la moción del PSOE dirigida a reprobarle. La siguiente polémica no tardaría ni dos semanas en llegar. El 6 de junio dimitía el gerente del Ecyl, Javier Moreno, propuesto por Vox y que llevaba poco más de 10 días en el cargo, tras conocerse que era socio de la empresa Data Consulting que organizaba cursos de igualdad en Valladolid, denunciados por Vox esa misma mañana en el Ayuntamiento de Valladolid. La formación se desvinculó desde el primer momento del dimitido Moreno y su portavoz aseguró que "no ponen la mano en el fuego por nadie", asegurando que desconocían que el exgerente del Ecyl organizase esos cursos.

La violencia intrafamiliar y el recorte a los sindicatos y la patronal

Uno de los temas favoritos de Vox, la violencia intrafamiliar, suscitó la siguiente fricción entre ambas formaciones. Tras el asesinato de una mujer por su pareja en Soria, el 9 de junio, García-Gallardo aseguró, tras el minuto de silencio por la mujer asesinada, que "a partir de ahora" la Junta de Castilla y León recordaría "a todas las víctimas de la violencia intrafamiliar, sin distinción de género ni parentesco". Una pretensión que cumplió tras el asesinato semanas después de un hombre en un pueblo de León, presuntamente a manos de su pareja. El vicepresidente convocó un minuto de silencio y los consejeros del PP y el presidente Mañueco no aparecieron.

El 13 de junio estallaría la gran polémica de estos tres meses de mandato. García-Gallardo y el consejero de Industria, Mariano Veganzones, anunciaron un catálogo de medidas de reducción o supresión de subvenciones a sindicatos y patronal por un importe de más de 20 millones, el 50% del total. Las organizaciones afectadas pusieron el grito en el cielo y el PP optó por echar balones fuera. De hecho, los dirigentes de Comisiones Obreras y UGT aseguraron en rueda de prensa que Mañueco les había trasladado que se trataba de "una iniciativa en exclusiva de Vox" y que no había sido aprobada.

La oposición acusó a Vox de utilizar el anuncio de esta medida como herramienta electoral de cara a los comicios andaluces convocados a finales de esa semana, una herramienta que no sirvió de mucho ya que la formación quedó muy por debajo de sus expectativas y el PP de Juan Manuel Moreno arrasó.

Andalucía convierte a Castilla y León en la excepción

La mayoría absoluta obtenida por Moreno provocó que el popular pudiera gobernar en solitario y no dependiera de Vox, encabezado en esa región por Macarena Olona. De este modo, el acuerdo de Castilla y León continuaba siendo la excepción en España y cada vez más incómodo para un Feijóo que ponía al victorioso Moreno como ejemplo de "moderación", pocas horas después de conocerse los resultados. La alianza entre Galicia y Andalucía -que copan la mayoría de puestos en el Comité Ejecutivo del gallego- se ha convertido en el eje de referencia de un PP que ha relegado a un segundo plano a la incómoda Castilla y León y a la Comunidad de Madrid dirigida por una Ayuso también proclive a naturalizar los acuerdos con Vox.

La situación se convertía cada vez en más delicada para Mañueco y comenzaba a verse como no descartable que el presidente de la Junta contemplase la posibilidad de anticipar elecciones para que los comicios de Castilla y León volvieran a unirse con los del resto de comunidades autónomas en mayo de 2023, como ha sido tradición. Algo cada vez más probable por las tensiones internas entre las dos fuerzas que componen el Ejecutivo autonómico y tras unos resultados en Andalucía que convirtieron el pacto del PP con Vox en Castilla y León en la dolorosa excepción para los populares.

La hipersexualización de la sociedad y el Orgullo LGTBI

Los objetivos de la Agenda 2030 dividieron de nuevo a los partidos que componen el Gobierno en el siguiente pleno, celebrado el 22 de junio. En la moción presentada por Francisco Igea sobre acción exterior, el primer punto de la misma, instando a la Junta a que se cumpla un acuerdo por el que se aprobaron los ejes de acción para la mejor implementación de la Agenda 2030, fue aprobado con el voto de todos los partidos de la Cámara menos Vox, que votó en contra.

En esa misma sesión plenaria, el portavoz de la formación achacó al PSOE defender "una religión climática irracional sustentada por un acto de fe" y aseguró que la Agenda 2030 pretende "un nuevo orden mundial" y "políticas buenistas con ayudas a los inmigrantes ilegales". 

La siguiente polémica llegaría poco después. El fin de semana del 25 de junio el vicepresidente de la Junta visitó la provincia de Zamora para conocer el estado de la Sierra de la Culebra, afectada por un terrible incendio durante la semana anterior. García-Gallardo vinculó la despoblación con la "hipersexualización de la sociedad" y aseguró que el fin del sexo era "la procreación" y que no tenía "un fin en si mismo". Mañueco marcó distancias pocas horas después con su número dos y recordó que el vicepresidente "es representante de Vox" y que sus posicionamientos no son siempre coincidentes con los del PP.

Poco después, llegaría otro punto de fricción a cuenta del Día del Orgullo LGTBI, celebrado el pasado 28 de junio. El presidente de las Cortes, Carlos Pollán, de Vox, impidió que la Cámara se iluminase con los colores de la bandera del colectivo y su formación vetó la lectura de una declaración de apoyo al movimiento en el pleno. Mañueco, en cambio, publicó un tuit en su cuenta personal apoyando al colectivo y calificando de "ejemplar" la lucha de este movimiento "por sus derechos". "La lucha del movimiento LGTBI por sus derechos ha sido ejemplar. Los derechos y las libertades de todas las personas son la base de nuestra sociedad y de nuestra convivencia. Esta celebración nos recuerda que no podemos rendirnos cuando las luchas son justas", afirmaba el presidente de la Junta.

Concordia y designación de senadores: Vox cumple sobre la bocina

A finales del mes de junio, justo antes de finalizar el período ordinario de sesiones, Vox cumplía sobre la bocina y lograba que se pusieran en marcha dos de sus promesas estrella tras integrarse en el Gobierno de la Junta. La formación se había comprometido a que antes de que finalizara el período ordinario de sesiones, el jueves 30 de junio, se iniciaría la tramitación de la nueva normativa de concordia -que sustituirá al Decreto de Memoria Histórica de 2018, promovido por el mismo PP- y de la reforma de la Ley de designación de senadores, condición sine qua non para conceder su apoyo a la terna de representantes del Partido Popular.

Ambas medidas arrancaron in extremis, la reforma en la designación de senadores se registró y presentó el pasado martes, y quedaba así en el aire el inicio de la tramitación de la nueva Ley contra la violencia intrafamiliar, cuyos trámites se han iniciado este mismo jueves. Una norma que, según aseguró el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, poco después de rubricarse el pacto con Vox, coexistirá con la Ley contra la violencia de género autonómica, que no será derogada. Tres medidas estrella de Vox que ha logrado imponer al PP y que es previsible que puedan generar más episodios de tensiones en este idilio político con altibajos.