El candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco, y el de Vox, Juan García-Gallardo.

El candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco, y el de Vox, Juan García-Gallardo.

Región Elecciones Castilla y León 13F 2022

La única opción de Mañueco

El presidente en funciones es consciente de que solo la posibilidad de un acuerdo con la formación de Juan García-Gallardo le permitirá continuar en el poder y está dispuesto a explorarla

18 febrero, 2022 07:42

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La única opción de Mañueco se llama Vox. El presidente en funciones es plenamente consciente de que solo con el apoyo de la formación de Santiago Abascal podrá mantenerse en el poder durante cuatro años, y eso pasa por un acuerdo programático.

Las cartas están sobre la mesa. Mañueco se ha ofrecido este jueves a Vox y ha asegurado que tiene intención de conformar un Gobierno "con un programa pactado, formado por personas solventes y con experiencia", pero quiere que sea en solitario.

Fuentes de Vox aseguran a este medio que no habrá declaraciones al respecto hasta la comparecencia oficial del candidato del partido, Juan García-Gallardo, que se producirá "próximamente".

Los pactos que son referencia para Mañueco

Mañueco pretende emular de este modo los Gobiernos de la Comunidad de Madrid, Andalucía y Murcia, en los que el PP gobierna con el apoyo externo de Vox, pero sin compartir consejerías con ellos. Este tipo de alianzas han funcionado de forma desigual según el territorio, en Madrid la relación entre Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio es fluida, aunque han tenido algunas tiranteces.

El intento de Vox de derogar las leyes LGTBi de la Comunidad en diciembre, por ejemplo, no contó con el apoyo del PP, que se abstuvo en la votación. También han tenido choques recientemente por el incremento de la violencia de las bandas latinas, ya que Monasterio vinculó con ellas a la inmigración mientras que Ayuso afirmó que los componentes de estos grupos son "tan españoles como Abascal", en referencia a que suelen ser inmigrantes de segunda generación.

En el caso de Andalucía la relación fue fructuosa durante tres años pero en los últimos meses se ha producido un distanciamiento. Vox tumbó los presupuestos que presentó el presidente Juan Manuel Moreno en noviembre y declaró "rota" su alianza con él, lo cual le obligó a prorrogar las cuentas del año anterior. Esta delicada situación ha hecho que todas las miradas se centren en Andalucía como posible escenario para un nuevo adelanto electoral, tras la experiencia de Castilla y León, aunque Moreno, alertado por la pírrica victoria en esta región, parece haber decidido aplazar este adelantamiento, o incluso agotar la legislatura, que finaliza en diciembre. En Murcia, por el contrario la relación goza de buena salud, especialmente desde que Vox mostrase un sostenimiento firme del presidente Fernando López Miras durante el intento de moción de censura de PSOE y Ciudadanos en marzo de 2021.

La guerra interna del PP cuestiona el modelo madrileño

El ejemplo para Mañueco es Madrid y en campaña lo repitió por activa y por pasiva. El pasado 10 de enero, el ahora presidente en funciones aseguró que Ayuso representaba el "modelo de éxito" del PP, y el ejemplo de su pacto externo con Vox para legislar pero manteniendo un Gobierno en solitario de los populares es el que quiere exportar a Castilla y León. Pero la delicada situación en la que se halla la presidenta de la Comunidad de Madrid tras la guerra interna desatada abiertamente en las últimas horas ha hecho encender las alarmas. La principal valedora de los pactos del PP con Vox -ha sido la única dirigente del partido que ha dicho no ver con malos ojos que los de Abascal se integraran en el Gobierno de Castilla y León- podría tener las horas contadas como militante del partido si el expediente sancionador propuesto por Génova conduce a su expulsión.

El juego de equilibrios al que está obligado ahora Mañueco puede terminar siendo peligroso. Por un lado, tiene el beneplácito de Génova para dialogar con todos y para buscar un acuerdo externo con Vox, pero por el otro el principal espejo en el que se mira para configurar su pacto parece estar desmoronándose por momentos y Ayuso se ha convertido en la apestada de la dirección nacional del PP. El juego de cábalas que debe hacer Mañueco no ha hecho más que empezar y lo primero que está obligado a conseguir es convencer de ese pacto externo a la formación de Santiago Abascal. Es su única opción para seguir cuatro años más en el poder en Castilla y León.