El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha clausurado hoy el acto académico ‘El legado de las Comunidades’, organizado dentro de los actos del V Centenario de los comuneros, donde ha destacado la vigencia del ideario comunero en la España actual, algo que se debe a su carácter pionero y a su voluntad precursora. No en vano se trató de la primera revolución moderna, dos siglos y medio antes que las revoluciones norteamericana y francesa, donde ya aparecían unas primeras nociones de lo que era la libertad política, la igualdad social y la participación ciudadana.

Esa vigencia, según ha explicado el presidente, se puede comprobar en hechos concretos como la Ley Perpetua de Ávila, promulgada en Tordesillas, entre cuyos contenidos más importantes destaca que las instituciones o el reparto competencial deben quedar fuera de toda negociación política encaminada a conseguir apoyos o aliados coyunturales. También incluía un primer esbozo de separación de poderes, que hoy en día sigue siendo imprescindible.

En este punto, Fernández Mañueco ha afirmado que en la actualidad existe un ejemplo de esto en la propia renovación del Poder Judicial, donde el camino pasa por buscar el consenso, y el objetivo debe ser garantizar su máxima independencia.

La Ley de Ávila también contemplaba el protagonismo de unas Cortes de raíz democrática, la defensa de la libertad, por la que hoy en día se sigue luchando, y de la igualdad de todos, de la que hoy en día también existen ejemplos, como el diálogo entre el Estado y las autonomías que deberían servir para el bien común desde la máxima lealtad, según ha subrayado Fernández Mañueco.

Dentro de ese valor de la igualdad también se encuentra la equidad fiscal. Tal y como sucedía en el pasado, el presidente ha afirmado que hoy se siguen necesitando impuestos justos y, siempre que se pueda, más bajos, lo que constituye uno de los principios que defiende Castilla y León.