No solo de toros vive el hombre…de vez en cuando hay que ir a aprender de los literatos, dramaturgos, profesores y gente del teatro. Ya lo dice el refrán árabe: “Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría”.

Y es que hoy les traigo una especie de crónica-reportaje de carácter literario en atención al profesor de Literatura Pedro Ojeda, que a la vez es amigo y colega de mi entrañable maestro Gonzalo Santonja.

Ojeda, junto a Paz Altés, coordinan el programa de actividad literaria “Valladolid letraherido”, cuya sede se ubica en la Casa de Zorrilla. Una actividad dependiente de la Concejalía de Cultura y Turismo que tiene vigencia todo el año.

El propio Ojeda fue el mantenedor del acto literario que finalizó con la “coronación” y nombramiento de “Letraherido 2019” al dramaturgo vallisoletano José Luis Alonso de Santos.

Este prolífico director escénico, guionista y dramaturgo ha escrito cerca de cincuenta obras teatrales, estrenadas con éxito de crítica y público, algunas llevadas al cine como: La estanquera de Vallecas, Bajarse al moro o Salvajes.

Ha dirigido más de cuarenta obras teatrales de autores como Bertolt Brecht, Aristófanes, Synge, Calderón de la Barca, Pío Baroja, Valle Inclán, Plauto, Shakespeare, Carlos Arniches..., así como varios de sus propios textos.

Ha sido director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid. Fue director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (2000-2004) y, presidente de la Academia de las Artes Escénicas de España (2014-2018).

Estamos pues ante uno de los grandes vallisoletanos, nacido en la calle Madre de Dios, que estudió en el colegio Macías Picavea y cursó bachillerato en el Instituto Zorrilla, formándose posteriormente en Madrid donde se licenció en Filosofía y Letras y en la Escuela de Periodismo.

En sus palabras de agradecimiento, el “letraherido 2019” resumió que había recibido tres bienes, “los bienes hay que buscarlos” -vino a decir-: “el primer bien es el cariño a todos; a los buenos a los malos, a los que nos quieren y a los que no”.

“El segundo bien es la palabra. En el Macías Picavea y en el Zorrilla aprendí a cuidar, a cultivar y amar a la palabra. En Valladolid es donde mejor se habla y se aprende escuchando”.

“Y el tercero de los bienes es el honor -remató Alonso de Santos-. El honor es la base de mi vida. El sentido del honor, del decoro, de la dignidad. Si se pierde el honor se queda todo en nada”. Luego sentenciaría: “Cariño, palabra y honor. Tengo el corazón letraherido”.

Las casi 200 personas que presenciaron el acto irrumpieron en un aplauso unánime. El Ayuntamiento de Valladolid ha promovido una edición conmemorativa del evento con la que fueron obsequiados los asistentes al acto con un libro. Se trata de la última obra de teatro escrita por José Luis Alonso de Santos, titulada Mil amaneceres.

El evento estuvo presidido por el alcalde, Óscar Puente, quien intervino y entregó la escultura al premiado e impuso la corona de laurel. Con anterioridad hicieron uso de la palabra la concejala Ana Redondo y otros personajes en nombre de los distintos colectivos teatrales y culturales de la ciudad.

El cuarteto de cuerda dirigido por Pablo Nieto López, complementó musicalmente el cuadro teatral que el propio José Luis Alonso de Santos escribió para la ocasión, y que fue puesto en escena por los actores Luis Miguel Orcajo (El Duende de Lerma), Javier Calaveras y el mismo Alonso de Santos. Sensacional la interpretación en versión microteatro de “La sombra del Tenorio”.

La amenización musical del homenaje a Alonso de Santos fue responsabilidad de la “Big Band” del Conservatorio Profesional de Música de Valladolid, dirigida por Miguel Ángel Arranz.

Si esto fuera el resumen de un festejo taurino diría que hubo trofeos para todos, el público se divirtió, los astados salieron bravos y los diestros fueron sacados en volandas por la puerta grande de la Fuente de la Fama.

Enhorabuena a la organización y por supuesto al gran autor y dramaturgo vallisoletano José Luis Alonso de Santos.