La Semana Santa de Valladolid ha comenzado el Viernes de Dolores con el ejercicio del Vía Crucis de la Cofradía del Santo Entierro que ha desafiado a la lluvia, con presencia intermitente en las últimas horas del día, y ha realizado el tradicional recorrido entre el Monasterio de San Joaquín y Santa Ana y la iglesia de San Lorenzo.

Medio centenar de cofrades de todas las edades han acompañado al Santo Cristo Crucificado en este corto recorrido en el que se han congregado decenas de vallisoletanos que ya tienen ganas de disfrutar con las procesiones de la Pasión en la ciudad.

El Santo Cristo Crucificado ha sido portado a hombros hasta la iglesia de San Lorenzo, donde se ha encontrado con el Cristo Yacente, del imaginero castellano Gregorio Fernández. Una talla de gran dramatismo ya que es un cuerpo desnudo, salvado por su paño de pureza, maltratado, con la cabeza con llagas y con la marca de la corona de espina y con la sangre brotando de las marcas de los clavos, inicialmente no tuvo un uso procesional, pues formó parte del altar de la sala Capitular del Monasterio.

Tras el rezo del Vía Crucis, la Cofradía invita a los asistentes a encender una vela con la que en comunidad iluminar a Cristo en su hora más oscura. Con esas velas encendidas la cofradía procesiona a hombros al Santo Cristo Yacente, su imagen titular, de regreso hasta la plaza de Santa Ana, donde, frente a la Iglesia del Real Monasterio, tendrá lugar el rezo de la XIV Estación, “Jesús es puesto en el Sepulcro”, dando así por finalizado el Rezo del Ejercicio del Via Crucis.