Lo más importante del PP es saber que no quiere gobernar. Esta postura suya, como quien está cansado de la vida, por la que parece que el gobierno les caerá por su propio peso. Piensa Feijóo que es Sagasta, como si España hubiese vuelto al turnismo. Como si en el PP diese lo mismo Fraga que Mañueco que Mazón. Desde que Feijóo demostró que no tenía competencias para deshacerse del presidente de Valencia, que el PP es un reino de Taifas, como el PSOE o peor, llegar al poder es lo de menos.

Llevan las alcaldías como quien lleva un luto, las comunidades como quien tiene una pena. Ay. Nunca el PSOE estuvo en horas tan bajas y el PP supo menos qué hacer con la oportunidad que tenía entre las manos. Los populares se comportan con el PSOE como esos dueños de perros, inaguantables, que tienen al perro como quien tiene a un niño. Esos que lo sacan a pasear, se sientan en una terraza y le hablan al perro como si el animal entendiese. "Pórtate bien, que hay gente" y tal. ¡Quieto!" Y tiene unas ganas el presidente del Gobierno de portarse bien... "¡Ser malos colegas! Buenas noches". 

El PP hace tiempo que no es un partido de gobierno, tampoco un partido de oposición. El PP después de dos candidatos que no llegan a Moncloa es como un adolescente que no sabe que quiere ser de mayor. Y ahora está pasando por la etapa de los diecisiete, como los hippies, esos que en mitad de una contienda deciden quedarse sentados, sin hacer ruido, porque es una forma de protestar, como otra cualquiera.

Recuerdo cuando mi primo, el mayor, con diecisiete, votó a los verdes. Y muy concienciado él, cuando se lo contó a mi abuelo, salió con una respuesta de esas que no se olvidan: "Si uno no tira el voto a los diecisiete, cuándo lo va a hacer". Pues con el PP ocurre igual. Lo que pasa es que nunca había estado tan imposible la derecha. Porque después está Vox... A sus cosas, que son cosas que sólo les interesan a ellos.

La España que le interesa a Vox es una España que no le interesa a casi ningún español. Una España con pocas opciones, un país de blancos y negros, de Rusia o Ucrania, de Trump u occidente, de hablar mal francés o hablar español. Entre Vox y el gobierno, resulta que existe España. Y el PP, que no sabe lo que es España- 

En el PP están sentados en un pabellón de reposo. Son un anciano de esos con los que hablas y te dicen que están muy cansados, que por ellos cuando Dios quiera. Y exactamente, parece que será cuando Dios quiera, porque esto les viene tan grande como lo de esta semana. Sólo podemos seguir esperando a que Pedro quiera elecciones y al PP no le dé por perderlas.