Ignacio Garriga, secretario general de VOX, acaba de denunciar este lunes el “repunte” de la inseguridad en Castilla y León como consecuencia de “unas políticas de fronteras abiertas que comparten PP y PSOE”. Lo primero que cabe pensar es que el señor Garriga posee datos empíricos sobre la delincuencia presuntamente atribuible a su comisión por inmigrantes residentes en España. Esos datos los proporcionan las fuerzas de seguridad y cuando se arrojan con alegría, o son demostrables o se convierten en 'flatus vocis', que en román paladino es hablar por hablar.
Garriga se ha mostrado dispuesto a “limpiar las calles de inmigración ilegal y devolver a los españoles la seguridad que se merecen”. Puede que incluso pida prestada la escoba a Mary Poppins y barra a conciencia al ritmo de aquella divertida canción 'Chim chiminey, chim chiminey, chim chim cher-ee'.
La ultraderecha española ha entrado en bucle con la inmigración. Cuando se habla de inmigración en Castilla y León, el señor Garriga debe contextualizar. No es lo mismo Zamarramala o Veguellina de Órbigo, que el Raval de Barcelona o Lavapiés en Madrid. ¿Tiene algún dato el señor Garriga que atribuya a ciudadanos inmigrantes mayores tasas de criminalidad, que puedan cometerse por nacionales españoles? Si los tiene, que lo ponga por delante, antes de sacar a relucir las escobas.
Los partidos que dicen inspirarse en el humanismo cristiano deben estar alineados con los postulados de la Iglesia católica. ¿El suyo lo está? Díganlo expresamente. El papa Francisco dejó claro que hay que acoger a los migrantes. Incluso para los que llegan a España de forma irregular, también los MENA, sobran razones humanitarias para asistirlos de entrada y después ya procederá la aplicación de la legislación vigente. En sus primeras manifestaciones el nuevo Pontífice parece que seguirá las líneas maestras de Francisco en lo referido a la inmigración. Hay que estar muy desesperados para pasar las noches al raso en altamar durmiendo en una patera. Así lo expresó el desaparecido Papa. ¿No conmueve sus conciencias?
No cabe ser católicos a medida e ir a rezar al Santísimo Sacramento, pero a los inmigrantes, que los zurzan. A León XIV enseguida lo empezarán a motejar de comunista como a Francisco, insidia que parte de los 'lobbys' de fabricación de armamento, poderosa y adinerada 'maquina de fango' cual Pedro Sánchez dixit . Ambos Pontífices han pedido desarme y paz. Pedir la paz resulta que ahora es comunismo.
El señor Garriga debería saber, y lo sabe, que España no podría mantener su estatus de potencia turística del más alto nivel mundial, si el turismo no estuviera atendido por trabajadores inmigrantes, cocineros, camareros, hotelería. Tiene datos, pero calla y saca escobas.
Don Ignacio está también en otro equipo de 'natación sincronizada', que tanto se atribuye a Sánchez. Reflexividad señor Garriga, no hagan ustedes como su admirado Donald Trump, que se lanzó como un obús a la política de aranceles y donde dijo digo está diciendo Diego, tras causar enormes pérdidas económicas a muchas grandes fortunas de los EEUU y a pequeños inversores de fondos en medio mundo. Si así persevera hará crecer la pobreza en su país. Lo contrario de lo que vendió en su campaña.
En Castilla y León, la agricultura sería hoy mismo insostenible sin la incorporación de mano de obra inmigrante. Lo ratifican los sindicatos agrarios y los datos del Consejo Económico Social de la Comunidad. Señor Garriga, en lo que le doy la razón es que en la política española hay demasiado hollín. Debe venir Mary Poppins. El hollín no está en las calles y los inmigrantes. El negro carbón está en la aviesa intención de romper el gran pacto de convivencia de la Transición Española. No entren en ese despeñadero y se tiznen ustedes también.