Cuando te acercas a otra cultura de la mano de alguien que conoces puedes adentrarte en el conocimiento de fuentes de información que ilustran su vida, esto es lo que me ha pasado a mi de la mano de mi amigo Ivo, originario de un país del este de Europa charlando acerca de la guerra de Ucrania. Se cumplen dos años de esta guerra y en España la información que conocemos es la que viene de la órbita europea. Podríamos pensar que la información siempre debería ser objetiva y que nos traslada una realidad, pero esto no es así. Hay tantas informaciones como perspectivas o miradas acerca de una misma realidad.

Dos años de guerra

Ayer se cumplían dos años, nos damos cuenta de que hace meses que los medios de comunicación en España apenas nos cuentan que es lo que está sucediendo en Ucrania. Al principio todos los días teníamos noticias de los acontecimientos que se producían en este país. También es cierto que la velocidad a la que vivimos y el nivel de consumo rápido que tenemos de todo alcanza también a las noticias. Por muchas cosas que sucedan acerca de un acontecimiento, el interés por el mismo tiene un plazo de caducidad. A los ciudadanos llega un momento en que ya no nos interesa saber nada más acerca de cualquier suceso. Creo que esto es una constante de nuestro modo de vida acelerado.

Volviendo a la información sobre la guerra de Ucrania y después de escuchar la entrevista que hace unos días le hizo un periodista americano Tucker Carlson a Putin, en la que una buena parte de la misma se basaba en los hechos históricos que situaban a Ucrania bajo el dominio de Rusia desde hace siglos hasta 1991, así como algunas revelaciones en torno a como la OTAN había ido creciendo en la adhesión de países del este de la mano de EE.UU y como también Putin había pretendido entrar a formar parte de esta organización, decidí analizar algunas otras fuentes de información no conocidas por mi parte y como decía al principio más atendidas por los ciudadanos de países del este.

Las fuentes de información

Como pueden imaginar descubrí que ni todo es blanco, ni todo es negro, hay muchos matices de colores en este conflicto. Por ejemplo, pude descubrir qué en el Dombás, anexionado a Rusia, también mueren civiles que son atacados por el ejército de Ucrania, a quien le hemos suministrado armas desde Europa.

El fondo de esta guerra es un interés de dominio político por parte de unos y de otros. ¿Quién tiene razón? No sé si esto interesa demasiado cuando lo que sucede es que están muriendo miles de personas únicamente para que un bloque de poder o el otro consigan alzarse con el dominio de este territorio.

Las últimas informaciones que conocíamos en estos días nos contaban que Rusia que ya controla el este y el sur de Ucrania se había hecho con la ciudad de Audiivka que al parecer es un punto importante desde el punto de vista táctico. Que también Zelenski reclamaba más armas para poder continuar con su defensa, y que esta ayuda que llega desde Washington de manera importante, está siendo paralizada por las elecciones que se celebraran en noviembre. Mientras Rusia continúa avanzando en sus líneas de despliegue gracias al suministro de armamento del que dispone de Corea del Norte y de Irán. Las medidas de bloqueo europeas no parece que hayan servido para nada.

El dominio de EEUU lejos de sus fronteras

Hay diferentes versiones de análisis de todo lo sucedido que también cuentan como los americanos vienen influyendo en el cambio de lideres políticos en Ucrania desde hace veinte años para dirigir el futuro de Ucrania hacia posiciones contrarias a Rusia.

La OTAN tiene previsto gastar 380.000 millones de dólares en 2024 en Defensa, un 2% del PIB. ¿De verdad es todo esto necesario? En pleno SXXI, en el corazón de Europa librándose una guerra en la que ya han muerto 300.000 soldados y más de 10.000 civiles.

Sinceramente creo que esto no tiene ningún sentido. La vida de todas esas personas tenía un valor y desde luego ese no era perderla en una guerra absurda encaminada exclusivamente a que alguien con afán de poder político la pusiera a su disposición. Nadie tiene razón en una guerra, nadie tiene derecho a emplear tu vida al servicio de una causa que se reduce a poner unas fronteras a nombre de un país o de unas siglas. Nadie les va a devolver la oportunidad de vivir cuando toda esta guerra termine, sea cual sea su final.

Adentrarme en el conocimiento más profundo de este conflicto me ha permitido llegar a la conclusión una vez más de que no tenemos toda la información de lo que sucede. Que el conocimiento de la realidad está dominado también en cada momento por una perspectiva o por otra que en realidad está dirigida por el poder político que impere en cada área o en cada territorio. Cuando tenemos noticia de algo es muy complicado conocer el sesgo que esa información tiene. Muy pocas veces indagamos en todas las aristas de una información, no disponemos de tiempo y muchas veces ni siquiera de ganas para hacerlo. Cuando se trata de información internacional es aun más complejo acceder a otras fuentes. Esto me demuestra que siempre hay que tener varias ópticas, que siempre hay alguien interesado en presentar la información de una manera determinada y que explorar varias fuentes te enriquece y te permite tener una visión más crítica.