Cambio dolor por sabiduría.

Hay personas que son fieles seguidoras de este leitmotiv. A primera vista puede parecer un poco duro, pero a largo plazo puede que sea una buena filosofía de vida.

Cuando alguien te hace daño o pasas por una situación desagradable o dolorosa, generas un aprendizaje que deja un poso para toda tu vida. Aquí surgen varias preguntas ¿es algo que no se repetirá? o ¿Puedo volver a caer en el mismo error?

Eso ya depende de cada uno. Muchos individuos después de una situación traumática del tipo que sea, se cierran en banda, se ponen su coraza de super héroe y jamás vuelven a caer en circunstancias similares. Esto tiene ventajas e inconvenientes.

Como ventaja tenemos el no volver a sufrir por el aprendizaje que el episodio pasado nos ha generado. Por otro lado, no todas las situaciones son exactamente iguales. Pero de momento no podemos adivinar el futuro. Así que puede que dejemos pasar una historia bonita, solo por miedo a caer en aquellos errores que, como bien diría la tarotista Esperanza Gracia, nos inquietan, perturban o atormentan.

Y si así fuese, en unas semanas o meses nos vendría el remordimiento ¿por qué no lo hice?

Normalmente esto suele pasar los domingos de invierno a última hora de la tarde de un día gris y lluvioso, cuando miras por tu ventana comiendo chocolate y algún que otro bollo industrial.

Es ahí cuando aparece nuestra amiga “Isi”, que nos recuerda lo que pudo haber sido y genera una película de amor HD en tu cerebro al puro estilo “Los Puentes de Madison” o incluso “50 sombras de Grey” (¡qué daño han hecho al ser humano las comedias románticas!).

Después están, los que no aprenden. Olvidan el trauma pasado y vuelven a caer sistemáticamente en la misma piedra. Independientemente de que no adivinen ese futuro, que algunas veces está más que claro. Porque todo el mundo alrededor lo ve, menos ellos.

Ventajas en este caso…Eres el típico romántico que no pierde la esperanza e ilusión, ni aunque vayas por la orilla del mar con un tsunami enfrente, llevando un paraguas y esperando no mojarte.

Los inconvenientes, ya los sabes, vas de una decepción en otra, bofetada tras bofetada. A veces parece que te va la marcha y eres un poco masoquista contigo mismo. De lo contrario no se explica en algunos casos el grado de ignorancia tan atrevido al que se puede llegar.

Ahora bien… ¿Cuál es el estilo ideal para pasar por la vida con una sonrisa al menos el 75 % de nuestra existencia? Obviamente desconozco esta respuesta, pero sí puedo añadir algo como comentario por si a alguien le sirviera. Yo definitivamente, cambio dolor por sabiduría.

Aunque a veces he pensado que compensa el sufrimiento por los buenos momentos, soy de los que tienen la coraza y la capa. Elijo tranquilidad y ese 75 % de alegría a un 200% de felicidad plena hoy y mañana estar relegado al más oscuro de los ostracismos con un -10%.

Sí que es verdad que mi amiga “Isi” vive en mi casa a tiempo completo y siempre me está recordando todo lo que me pierdo, pero yo le digo, por la cuenta que le tiene: “Métete en tu habitación, cierra por dentro y no molestes”.