¿Qué está pasando en España? La semana pasada hablaba del informe PISA que evalúa la calidad de la educación en un número importante de países en el mundo y que arrojaba el peor resultado para España desde que se viene realizando, hace ahora 23 años. Conocíamos esta semana también que la sanidad ha bajado en la evaluación de la calidad que otorgan los ciudadanos en el último barómetro realizado y que, además, estamos en el momento en que más se tarda de media en conseguir una cita con el médico de familia.

La educación y la sanidad son competencias en manos de las autonomías. El pasado día 6 nuestra Constitución cumplía 45 años y con ella se puso en marcha el Estado de las autonomías y marcó el inicio de la descentralización de competencias en ambas materias. No se ha realizado ninguna revisión de la distribución de competencias desde entonces y el resultado para los españoles no puede ser peor. Algunos chicos están por encima de la media española en educación como es el caso de Castilla y León y otros están muy por debajo. En sanidad cada español espera un tiempo largo para ser intervenido o atendido por un especialista dependiendo de donde vive.

Los nacionalismos

España ha estado inmersa en las exigencias de los nacionalismos vascos y catalán desde que llegó la democracia a nuestro país en 1978. Nuestra Ley electoral ha dado un peso determinante e injustificado a los partidos nacionalistas, tanto vascos como catalanes han sido imprescindibles para gobernar en nuestro país. Tanto el PSOE como el PP han pactado con los nacionalistas para poder formar Gobierno. De forma injusta porque esto ha determinado que la balanza de las inversiones en España siempre se ha inclinado a favor del País Vasco y Cataluña, como compensación al apoyo que brindaban a la toma de decisiones en el Congreso de los Diputados.

Hace mucho tiempo que esto tenía que haberse revisado, modificando la Ley electoral, para romper el dominio de los nacionalistas. Las Comunidades Autónomas, las otras 15 más las ciudades de Ceuta y Melilla son las perjudicadas por esta situación. Todos los españoles pagamos los mismos impuestos, pero no recibimos las mismas transferencias de recursos económicos del Estado. País Vasco y Cataluña están siempre mejor dotadas económicamente y esto no quiere decir siempre que presten mejores servicios, de hecho, en los recientes informes de educación y sanidad no salen bien parados.

Mandan los catalanes y vascos

El disparate de este país ha adquirido una dimensión sideral a partir de las elecciones del 23J. Nos encontramos con un Gobierno que ha aceptado todas las condiciones de los nacionalistas catalanes, condonándoles la deuda de 16.300 millones de euros que tenían con el Estado y aceptando la amnistía de todos los que participaron en el proceso de declaración de independencia de Cataluña. Y ahora a Bildu le entregan el ayuntamiento de Pamplona. ¡Ahí es nada!

Con una inmensa mayoría de jueces en contra de la amnistía que se han manifestado en las puertas de los tribunales y que además van a ser citados en Comisiones de investigación en el Congreso de los Diputados. ¿Dónde se ha visto que el Poder Legislativo controle al Poder Judicial? A alguien se le ha olvidado el principio fundamental de la división de poderes. No sólo eso, sino que encima se atreve a ir al Parlamento europeo a dar lecciones a los alemanes y a sacarles a relucir su pasado nazi comparándolo con la presencia de VOX en España.

El poder de Alemania

¡Qué disparate! A nadie en su sano juicio se le ocurre ir a Bruselas a insultar a los alemanes. Cualquiera que haya tenido que ir a defender cualquier cuestión a las Instituciones Comunitarias sabe perfectamente quién manda allí y que esa es Alemania. Nada se decide sin la aquiescencia de Alemania. La UE tiene todavía una falta muy importante de poder político, solo el poder económico se ha hecho un hueco destacado en Europa. Tanto el poder político en materia de defensa, seguridad, sanidad… tiene aún un camino muy largo que recorrer. Lo hemos vivido en directo cuando se produjeron los atentados yihadistas en diferentes ciudades europeas, cuando sufrimos la lacra del COVID y no teníamos medios para combatirla, así como en otras muchas cuestiones en las que no se ha podido mantener una posición uniforme que permitiera defender al unísono los intereses de Europa. Solo tenemos una moneda única y una política monetaria uniforme, pero en el resto de asuntos Europa sigue siendo muy débil.

La Justicia en España

Mientras todo esto sucede, Pedro Sánchez ha decidido dar la consigna en el PSOE de que se hable del Consejo General del Poder Judicial, como si fuera la panacea de todas las soluciones que necesita nuestro país. Cómo si la renovación del órgano de gobierno de los jueces fuera a resolver todas las carencias que tiene nuestro país en la gestión de la educación y la sanidad que afectan a los ciudadanos, o el encarecimiento de la cesta de la compra, o las dificultades de los empresarios para mantener sus plantillas…. Me parece increíble que alguien se atreva a comparar la renovación del Consejo del Poder Judicial, que en definitiva afecta a una Justicia que funciona como estamos viendo estos días en el caso del maltrato de una mujer en León, llamada Raquel, a manos de su marido, Pedro Muñoz, que la ha dejado inválida y que él sigue campando a sus anchas por ahí mientras ella se tiene que esconder. O el caso de Esther, la mujer asesinada en Traspinedo, y cuyo presunto asesino también está libre y con una justicia lenta o los cientos de casos de ciudadanos que ven cómo sus demandas ante los tribunales no tienen respuesta. ¿De verdad nos quieren hacer creer que la marcha de este país depende de la renovación del Consejo General del Poder Judicial? Sinceramente me da la risa.