Son las 9 de la mañana de un día lluvioso, gris e incluso podría decir que fresco, poco apacible que anima muy poco a salir y ejercer el derecho al voto, que nos proponen en el día de hoy, para elegir a nuestros alcaldes.

Soy un hombre con suerte, pues voto en Carbajosa donde, sinceramente, tengo muy poco que meditar, pensar o discurrir a la hora de decidir mi elección, pero me consta la dificultad que amigos y cercanos están teniendo a la hora de adoptar su decisión.

Hasta el final del día no sabremos qué sucede en cada población y qué derivadas obtienen los partidos con los resultados. En este momento, sin datos, sólo haciendo uso de la sospecha, me temo que el PP, que se dará ganador, no alcance los resultados que debiera, pues han hecho una campaña de nivel bajo en la creencia de la victoria. Vox ha jugado a tirón de marca, sin permitir a sus candidatos hacer grandes presencias o manifestaciones y eso dará un resultado aceptable que venderán como magnífico, pero no permite evaluar el tirón que hubieren tenido los candidatos... ¿será eso lo que se quiere?¿se tendrá miedo a que un arbolito haga sombra al ciprés?

El PSOE, después de haber demostrado que desde el Gobierno se hará cualquier cosa, legal, menos legal e incluso inmoral o ilegal para mantener el poder que le queda, dejando en la estacada aquellas provincias que se dan por perdidas o que no interesan, no tendrá un resultado catastrófico, pese a realizar una campaña peripatética demostrativa del "chulo de barra de club con final feliz" que se encuentra al frente y que ya desde el propio partido dan por amortizado y buscan sus sustitutos.

Podemos, Sumar, Confluencias, Círculos y jeribeques de la zona comunista, espero, deseo, pronostico resulte necesaria su desaparición, pues personajes que defienden sin pudor que se quemen las banderas, la efigie del Rey, destrozar la democracia y el comunismo soviético asesino, no debieran tener cabida en la democracia de ningún país, por más que los lobos se vistan de corderos con cara de rata.

Finalmente, Cs que nació mal, pues con un dirigente en pelotas para salir en los medios que sólo buscó su posición personal, política y profesional, vendiendo que eran el centro, mal se puede ir, pese a estar repleto de personas solventes, serias y con la cabeza en su sitio, sus dirigentes, los que han copado hasta ahora la cabeza de esa ilusión, eran canallas, arribistas que querían servirse a fuerza de Dios y que jamás sirvieron.

En definitiva, que "a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga", pero ahora que estamos en la era de la "brecha", la salarial, la de cristal, la de la mujer, la económica... etc. a ver para cuándo dejamos la brecha intelectual y tenemos políticos con un gramo de cerebro, para cuándo nos preocuparemos de dejar de tener ciudadanos hipertitulados que no saben leer o escribir o que su cociente intelectual no alcanza el 3 sobre 10, esa brecha sí que es urgente corregir.

No sólo existe una brecha intelectual, sino también de valores, de principios, de capacidades. Hemos, estamos haciendo, una sociedad hedonista en la que vale más una buena teta que una buena testa, que sirve más un buen cuerpo que un buen cerebro, que se valora más una buena canallada que una buena preparación personal y profesional, que gana más un loco del teléfono o de la Tablet que un científico o un profesional de alto nivel, que se loa más al imbécil que se lo lleva en crudo sin dar un golpe que al que pica piedra y construye día a día.

En estos días, ni unos ni otros han presentado proyectos de ciudad, más allá de grandilocuentes alegatos carentes de sentido, todos han hablado de la ciudad verde, pero ninguno ha dicho cómo se alcanza el equilibrio entre la movilidad, la peatonabilidad, el potencial verde con el comercial y/o industrial. Todos han hablado de apoyar la cultura y, al final, lo que harán serán unas fiestas u otras, pero no dar valor al inteligente, potenciar al que se esfuerza, relanzar el valor de la capacidad de trabajo, de inculcar un modelo de educación social que permita reconocer al que tiene cierto nivel intelectivo frente al que vende humo y no vale para nada.

Ninguno ha hablado de la brecha formativa, cultural, intelectual que existe, reconociendo que nuestros padres nos hacían analfabetos funcionales y que, ahora, nosotros hacemos lo propio con nuestros hijos, en lugar de buscar la excelencia unos tras otros, nos dedicamos a meter la cabeza en la sima uno detrás de otro... Así nos va, y ese será el resultado electoral.