Nuevamente, y esta vez motivado por la proximidad de las elecciones y las malas perspectivas que le ofrecen todas las encuestas, excepto las de su amigo Tezanos, Pedro Sánchez ha recurrido a solicitar su comparecencia ante el pleno del Senado para, con el pretexto de hablar de la situación internacional provocada por la guerra de Ucrania, tener un mano a mano con Núñez Feijóo y así distraer al personal de los graves problemas, y no sólo económicos, de los ciudadanos españoles.

En principio, yo estoy de acuerdo con la celebración de los debates, pero de aquellos debates en los que ambos “combatientes” disponen de las mismas oportunidades.  Parece que el Presimiente Sánchez también, a la vista del fracaso de sus “aló, Presidente”, a los que recurría en tiempos de la pandemia, pero un debate para ser justo exige pactar el o los temas a debatir, disponer del mismo tiempo ambos contendientes y tener un árbitro imparcial, y ninguna de estas circunstancias se dan en estos debates, pues SuperSanchez impone los temas objeto del debate, aunque luego no lo respete, dispone de tres turnos de intervención sin límite de tiempo, y un árbitro que él mismo designó al nombrarle presidente del Senado, y el “aspirante” dos únicos turnos, con tiempo tasado, por supuesto muy inferior al del Presimiente.

Núñez Feijóo no tiene otra salida que aceptar estos debates, pues es la única firma de debatir cara a cara con Su Sanchidad, y de esta forma poder desmontar todas las mentiras que Sánchez, sus ministros y sus medios de comunicación afines, es decir, generosamente financiados con dinero público, repiten como un mantra, aunque afortunadamente con menos credibilidad que el propio Presimiente.

La primera intervención de SuperSanchez duró más de una hora, en la que como en anteriores debates se limitó a leer una serie de folios que le habían preparado la pléyade de asesores que mantiene en la Moncloa. Ciertamente está tan acostumbrado a mentir y lo hace con tal naturalidad, que quien le escucha por primera vez puede llegar a creerle, pero esto es cada vez menos frecuente y ni él mismo se cree sus mentiras.

Comenzó SuperSanchez lamentando que “la guerra de Ucrania no abra telediarios ni cope portadas”, recordando que la guerra no ha terminado, y a partir de aquí se olvidó de la guerra, salvo para responsabilizarla de todos los problemas de la economía española y expuso las medidas tomadas por su Gobierno, “aunque algunas no llegan como debería”, a pesar de lo cual presumió de la contención de la inflación y la disminución de la pobreza, aunque reconoció que el precio de los alimentos es alto “y a muchas familias les cuesta llegar a fin de mes”, a pesar de lo cual se sigue negando a bajar el IVA de la carne, el pescado y las conservas. Será que la vicepresidenta Calviño no le dice dónde hace ella la compra.

Defendió unos salarios dignos y exigió a la patronal que se reúna con los sindicatos para negociarlos, para defender a renglón seguido el derecho de los jóvenes a acceder a una vivienda digna que no debe ser un bien de lujo, y anunció la primera Ley de la Vivienda y una “apuesta contundente, decisiva y rotunda a construir un parque de vivienda pública similar al de otros países europeos”, además de un programa de ayudas para el alquiler y la rehabilitación de vivienda Y en esta línea de hablar de la vivienda, a las 93.000 viviendas prometidas hasta el momento añadió otras 20.000 más a construir en suelos propiedad del Ministerio de Defensa, con lo que sumado a promesas anteriores el número comprometido es de 183.000 inmuebles, aunque como le recordó Cuca Gamarra en cinco años no ha construido ninguna.

Y a continuación sacó a relucir su segundo tema estrella: el cambio climático y el Coto de Doñana, como verán ustedes, los dos debidos a la guerra de Ucrania que era el pretexto de su comparecencia, pero eso sí, halagando a agricultores y ganaderos prometiéndoles diversas ayudas. Con estas promesas terminó la hora y ocho minutos de su primera intervención y se retiró a su escaño.

Seguidamente subió a la tribuna el líder de la oposición Alberto Núñez Feijóo, quien comenzó dirigiéndose a los ministros para mostrar su asombro porque todos siguieran en sus puestos “con la que están liando”, para a continuación acusar a Sanchez de “ocultar toda la información de la intervención de España en la guerra de Ucrania”. Seguidamente le dijo a SuperSanchez que a él “le avergonzaría presidir un gobierno roto, sin liderazgo y secuestrado por el independentismo”.

Por décima vez en tres días le preguntó si había cesado a la ministra González Laya por petición de Marruecos, y el Presimiente, una vez más, se negó a contestar la pregunta una vez más.

En su retorno a la tribuna, Sánchez se mostró especialmente agresivo, afirmando que “su salto a la política nacional ha sido un chasco” con la que “han ganado los gallegos y han perdido los españoles”, censurando las visitas de Feijóo a Bruselas, para pasar a continuación al tema del Coto de Doñana y terminar diciéndole que estos debates “le quedan grandes o le quedan lejos”.

Feijóo, en su segunda intervención felicitó a SuperSanchez “por su moderación” propia de un presidente de Gobierno y le recordó la forma en la que llegó a la secretaría general del Psoe, asegurando que su deseo es terminar con el Sanchismo.

Finalmente, subió una vez más a la tribuna Pedro I el Constructor, para seguir utilizando electoralmente la vivienda y Doñana. Por cierto, el suelo de Defensa del que habla, muchas veces procede de una expropiada finalista y antes de venderlo, los propietarios anteriores tienen derecho a la reversión.

Eso hicimos en Valladolid en mi primer mandato cuando Defensa dejó de utilizar las instalaciones hípicas en el Pinar de Antequera y, tras una entrevista mía con el ministro de Defensa, la propiedad de esas instalaciones volvió al Ayuntamiento que era el anterior propietario, sin coste alguno, y en todos los casos esas instalaciones y solares están calificados de dotacional público y la recalificación a residencial no es cuestión de días…

Y por fin, ayer, el pleno del Congreso aprobó la Ley de Vivienda, con un resultado muy ajustado, (176 votos) pues además del PSOE y de Podemos, sólo votaron a favor Bildu y Esquerra Republicana. La experiencia de la aplicación de normas similares a esta en otros países ha conllevado una drástica disminución de la oferta y la consiguiente elevación de los alquileres, además de un reforzamiento de la posición de los okupas en el sentido contrario a lo que queremos “las personas de bien”, alargando hasta el doble el tiempo necesario para desalojar a los okupas, frente a las 48 horas que ofrece Núñez Feijóo.

Y para rematar la faena, los datos que ayer hizo públicos la EPA echan por tierra ese país de Alicia en el País de las Maravillas que nos pintó Pedro I el Constructor, haciendo público un montón de datos totalmente contrarios a los ofrecidos por el Presimiente en el debate.

Y ya podéis imaginar que de hoy al 28 M las mentiras de Pedro y sus acólitos irán en aumento y los líderes de la oposición van a tener un tremendo trabajo en hacer los desmentidos.

Y el viernes que viene más.