Durante estos días y además de la desgraciada guerra de Ucrania y el nunca superado COVID 19, ha sido noticia la entrevista realizada por Évole en su programa “Lo de Évole”, al expresidente Felipe González.

Y, uno, mucho más modesto, también hizo en su día una entrevista a Felipe González, publicada años ha, concretamente en el “Sábado Gráfico”, de 11 de septiembre de 1976. Ambos, Felipe y yo, éramos, como es lógico, mucho más jóvenes y él todavía no había llegado a ser presidente del Gobierno, le faltaban seis años, aunque su liderazgo, recién elegido primer secretario del PSOE, le habían convertido en un referente político de primera magnitud. Y claro, como uno tiene también su corazoncito, recuerda aquella entrevista con nostalgia, ya que, además, contiene análisis y diagnósticos del que sin duda ha sido uno de los políticos más importantes, si no el que más, de nuestra reciente historia.

Miguel Cid y Felipe González en una entrevista

Miguel Cid y Felipe González en una entrevista

Recuerdo también que mis preguntas, muy elaboradas, fueron contestadas desde un ángulo estrictamente político y nada personal con algunas manifestaciones que hoy pueden chocarnos, como la de que “los comunistas en el poder no han respetado el juego democrático; ni siquiera respecto de los socialistas”. O aquellas otras menos llamativas en las que, refiriéndose a la proliferación de partidos de aquel momento, también me dijo que “muchos grupos políticos son mero oportunismo”.

Entonces, como ahora, había extrema derecha, si bien, el Gobierno de la época presidido por Adolfo Suárez, trataba de diferenciarse del llamado “Búnker”, al que pretendió aislar; no obstante, como era típico en Felipe, empleó una de sus atinadas frases: “el camino a recorrer es mucho mayor que el recorrido, y el tiempo histórico se ha acelerado de tal forma, que urge una política de hechos concretos que demuestre claramente la disposición del Gobierno a recorrer ese camino”.

En cuanto a un tema clave que podría servir para analizar la situación actual 46 años después, como es la estrategia del Partido Comunista o de los Comunistas, manifestaba también que “pese a las dudas que esta realidad histórica plantea nosotros mantenemos la esperanza de que la estrategia del Partido Comunista hoy, de respeto a las reglas de juego democrático en la marcha hacia una sociedad distinta, sea algo más que palabras y obedezca a una profunda reflexión sobre la realidad de nuestro país, que haya inducido a cambiar su modo de pensar”. Lo que hace reconsiderar su propia manifestación anterior respecto a dichos comunistas, ya que llega a la conclusión de que “toda organización que pretenda ofrecer un proyecto político democrático a la sociedad en su conjunto, para ser coherente, debe estructurarse de acuerdo con el modelo social que propone”, descartando, “a medio plazo que pueda hablarse de una unificación”, entre socialistas y comunistas.

Sin duda, esta entrevista, que como he señalado era estrictamente política y realizada en plena transición española, tiene poco que ver con la de Évole, y si mucho con un análisis real y profundo de lo que estábamos viviendo los entonces inquietos y esperanzados españoles.