Castilla y León

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Opinión

Pedro Sánchez batiendo récords

3 septiembre, 2021 13:54

Continuo, tras las vacaciones agosteñas, mis comentarios sobre la actualidad, especialmente en su vertiente política, y parece oportuno dedicar el primero de esta temporada al Presimiente Sánchez, especialmente después de que el inquilino de la Moncloa decidiera abrir el curso político con un mitin antes de ayer miércoles.

Y como han terminado los Juegos Olímpicos y están a punto de hacerlo los Paralímpicos, haré referencia las medallas de oro, (de lo que “cagó el moro”, que decíamos los chavales en mi época), y a la multitud de récords que ha batido SuperSánchez en estos tres años.

Pero antes de abrir el medallero, he buscado la definición que del personaje hacen psicólogos, psiquiatras y periodistas, de los que por cierto no sale muy bien parado, pero que hacen más fácil entender las medallas. Especialmente duro es el análisis de Abigail Rodriguez que afirma que “tiene una personalidad narcisista y una personalidad psicopática, es amoral porque no sabe distinguir lo que está bien de lo que está mal, y es Baco porque no sabe ni quien es él. Es competitivo y vengativo muy peligroso. Envidioso, celoso, utilitarista, tramposo, vanidoso y mentiroso”. Por su parte, Pilar Fantanio, psicóloga, destaca su “narcisismo, egocentrismo y caos mental, que se traduce en un caos político y social, y de cesarismos, impostura, populismo, monologuismo, opacidad, traición, contradicción y frentismo”.  Como veis, para empezar no está mal.

Y vamos a relatar los récords y medallas obtenidos por el personaje: sin duda, la primera medalla de oro es la de la mentira, porque de ahí arrancan buena parte de las demás. No ha dicho una verdad en su vida, ni siquiera al médico. Y cuando no miente, es porque no contesta. Mintió en la campaña electoral y en los debates, negando los indultos, el pacto con los separatistas y bilduetarras, el gobierno con Unidas Podemos, el respeto al Parlamento, etc. Vamos, es un saco de verdades.

Bate récord siendo el presidente que llega a la Moncloa con el menor número de votos y escaños de la democracia. Es el primer presidente que después de plagiar su tesis doctoral redacta un comunicado oficial desde Moncloa falsificando un certificado que niega el plagio. Es sin duda el presidente con mayor contradicción entre lo que dice y lo que hace… y es que una cosa es predicar y otra…

Bate récord constituyendo el gobierno con más ministros, vicepresidentes, altos cargos y asesores (más de 200 con tan sólo el graduado escolar). Y por supuesto el más caro de la historia democrática española. También por primera vez hay un matrimonio (?) en el consejo de ministros, y de paso se inventa un puesto de trabajo para su propia mujer, que no es ni licenciada en un puesto que siempre estuvo reservado a catedráticos. Vamos, como Castell con los rectores… y a su hermanito, músico de profesión, coordinador de fotografía del BOE con 170.000€ /año.

Primer presidente al que el Tribunal Constitucional le anula nada menos que el Decreto de Alarma que confinó a toda España, por no ser el instrumento adecuado al fin perseguido y con ello la nulidad de todas las decisiones tomadas a su amparo.

Primer presidente que nombra fiscal general del Estado a una ministra de su Gobierno al amparo de “quien nombra al Fiscal General?… pues eso”. Y ya lo estamos comprobando. Por cierto, Lola huele a salida…

Medalla de oro a la utilización de los bienes públicos para uso privado, (conciertos y bodas de sus familiares y de sus amigos): helicópteros, Falcón, las Marismillas, el Palacio de La Mareta, etc. con síndrome de nuevo rico, que ya demostró al cambiar el mobiliario de la Moncloa, colchón incluido, al relevar a Rajoy.

Primer presidente que no cumple la tradición de visitar al Rey de Marruecos en su primera salida internacional, lo que unido a la entrada ilegal del líder saharaui en España provocó la crisis con Marruecos con las consecuencias de todos conocido.

Medalla de oro, ex aequo con Biden en la huida de Kabul, calificándola de perfecta, después de permanecer 20 años en aquel país, dejando miles de muertos, de ellos 104 españoles y miles de millones de dólares para volver al punto de origen.

Medalla, esta vez de plata porque Biden corría más que él, para conseguir una interesante conversación de ¡29! segundos.

Medalla de oro a la peor gestión de la pandemia después de abusar de los sucesivos e inconstitucionales decretos de alarma, además de mentirnos con los muertos, las mascarillas, el comité de expertos, el “hemos vencido al virus”, etc., y ahora presume de las vacunaciones cuyo calendario ha incumplido y cuyo mérito corresponde a las CCAA. Claro que él se hizo la foto con las vacunas. Por cierto, tampoco cumplió el calendario de vacunaciones anunciado. Objetivo logrado, sí, pero tarde.

Medalla de oro al déficit, deuda pública, inflación, y caja de la Seguridad Social, él, que quería ser recordado como el presidente que resolvió la crisis económica española, y a la reiterada venta de los fondos europeos de Next Generation, anunciando con cargo a ellos un nuevo “sindicato de la ceja”, para enviar un centenar de intelectuales al extranjero a perfeccionarse…y luego…

Primer presidente que enmascara de indulto colectivo lo que en realidad era una amnistía a los golpistas catalanes para después cesar sin siquiera agradecer los servicios prestados al ministro de justicia que se prestó a tal felonía.

Medalla de oro al presidente que en más ocasiones y en tan sólo tres años ha recurrido al Decreto Ley, tras prometer que el papel del Parlamento sería predominante con su Gobierno.

Primer presidente que antes de serlo cuestionó la existencia de un ministerio de Defensa, y ahora pierde el culo para ir a recibir a los militares que regresaban de Kabul incluido el embajador al que cesó tres días antes de irse de vacaciones, y ponerse las medallas. Claro que más vale tarde…

Medalla de oro al desagradecimiento al cesar de forma abrupta a sus colaboradores más fieles y qué con mayor indignidad se plegaron a sus deseos: Redondo, Campo, Celáa, González Laya y al ejecutor de todos ellos que se enteró el último: Ábalos.

Y a partir de aquí, invito a mis lectores a que le otorguen cuantas medallas estimen oportunas, y les pido que no piensen que me he olvidado los ocho récords conseguidos en la factura de la luz en el mes de agosto y al noveno y el décimo de los dos primeros días del mes de septiembre, cifras que nunca consiguió ningún deportista olímpico desde las primeras Olimpiadas. Pero como esto da para mucho, lo dejo para la semana que viene.