Fábrica de automóviles en China

Fábrica de automóviles en China Chery

Economía

Incertidumbre en la automoción de CyL ante el terremoto de marcas chinas: “La preocupación realmente existe”

El descenso de ventas podría terminar en recortes de empleo en las factorías de la comunidad, pero también hay interés de las marcas chinas por construir nuevas fábricas en España. En Castilla y León “hay muy buena base para atraer esas inversiones”.

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A la mayor parte de los conductores todavía le costaría enumerar más de dos marcas de vehículos chinos. Sin embargo, su entrada en el mercado español es una realidad y está provocando un auténtico terremoto. En tan solo dos años se han quedado con el 9 % de la cuota de mercado, un dato que no deja de crecer y que los expertos sitúan en el 10 % a finales de este 2025.

“Ha habido un tirón importante, especialmente en el vehículo eléctrico y en la marca MG concretamente, que es la que tiene el modelo más vendido”, explica Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados. “Pero ahora el desembarco viene también con los vehículos de alta gama. Los fabricantes van a traer su línea de los más caros, los más competitivos”.

Una veintena de marcas de origen chino comercializan actualmente sus vehículos en nuestro país. Están desplegando su red de concesionarios en Castilla y León, ya hay una veintena por toda la comunidad, y conquistando a muchos consumidores con precios atractivos.

Según un reciente informe de tendencias de compra de Ganvam, patronal de la venta y distribución, el 71 % de los potenciales compradores de un coche ya consideran las marcas chinas una opción real por la que decantarse.

La reorganización del mercado plantea numerosos interrogantes y afecta de lleno a los fabricantes con factorías en España y en Castilla y León. “La preocupación realmente existe”, asegura Raúl Martínez, responsable del sector del automóvil de FICA UGT en Castilla y León. Un descenso de ventas podría desencadenar pérdidas de empleo, como ya ha ocurrido en otros países europeos y en Estados Unidos.

En los primeros meses de este año, Nissan anunció su intención de recortar su plantilla en 20.000 trabajadores en todo el grupo de aquí a 2027. Mismo camino tomó Volkswagen, que pactó con los sindicatos en Alemania una reducción de 35.000 empleados hasta 2030; Ford, con una reducción de 4.000 empleos en Europa en dos años (recorte del que ha quedado excluida la planta valenciana de Almussafes); y General Motors, que recortará mil empleos en EE. UU.

El impacto del coche eléctrico, la caída de ventas, la guerra de los aranceles y la llegada de competidores chinos están entre las razones comunes que han argumentado las empresas para tomar estas decisiones.

Ante este escenario, los sindicatos piden que se mantengan las ayudas al sector para poder superar este momento convulso. Según Raúl Martínez, “necesitamos seguir teniendo las ayudas de las comunidades autónomas, siempre con la obligación de mantenimiento de puestos de trabajo.

Ayudas a las empresas, pero siempre con la obligatoriedad de mantener los puestos de trabajo, que es lo importante, porque de nada nos sirve que les ayudemos para que los coches sigan valiendo un montón de dinero y luego al final recorten puestos de trabajo”.

Para Mario Arnaldo, esta reorganización del mercado “va a hacer mucho daño, en nuestra opinión, a la producción de vehículos en España. El consumidor lo que está percibiendo es una diferencia de precio muy importante. Es verdad que, aunque son marcas que quizá en el mercado español no eran conocidas, cada vez se van viendo más vehículos de este tipo”.

Raúl Morales, director de Comunicación de Faconauto, subraya: “Realmente, lo primero que tiene en cuenta un comprador es el precio. Y si encuentra un precio más barato y tiene la percepción de que el producto le sirve, pues, lógicamente, lo que hace es comprar ese nuevo producto”.

Entre enero y abril se vendieron en España cerca de 380.000 vehículos, 30.000 de ellos de marcas chinas. MG, BYD, Omoda, Jaecoo, Ebro y Leapmotor concentraron el 95 % de esas ventas.

En este sentido, Morales comparte el análisis de que “hay incertidumbre respecto a cómo se va a organizar todo el mapa de marcas. Pero que los pesos van a cambiar ya se está viendo. ¿Qué repercusión va a tener sobre el futuro? Va a depender mucho de cómo reaccionen las marcas europeas”.

Y en esta transformación, todo el sector envía un recado a las instituciones europeas, a las que consideran responsables de haber perdido competitividad respecto a fabricantes de otras zonas del mundo, como China.

La UE debe tomar medidas urgentes

El sector de la automoción supone alrededor del 25 % del PIB de Castilla y León. El presidente de CEOE Valladolid, Carlos Magdaleno, coincide en que “nuestra economía se juega mucho en todo esto. No solo, exclusivamente, en que lleguen o no vehículos chinos, también en cómo se establezcan las reglas de juego del mercado automovilístico mundial”.

Para el portavoz de los empresarios vallisoletanos, “en Europa se han seguido medidas que han ido contra los propios intereses europeos. Y eso hace que se sitúe a las empresas de España en una dificultad añadida a la hora de competir con las empresas chinas”.

Todo el sector pide apoyo a la Unión Europea. “Ese apoyo tiene que producirse lo antes posible, porque, si no, perderemos más competitividad de la que ya ha perdido frente a otros actores”, alerta el director de Comunicación de Faconauto.

Y la principal culpable de perder competitividad ha sido la forma de afrontar los objetivos de descarbonización de nuestra industria automovilística. Desde Faconauto exigen a la UE que ponga en marcha lo antes posible el Plan de Acción para el sector del automóvil presentado en marzo.

“¿Cómo se va a facilitar a la industria llegar a esa descarbonización que tiene fecha, el año 2035? No es tanto un problema de quién viene, sino de que quien está necesita mucho más apoyo por parte de Europa.

Porque hasta ahora lo que hemos visto, sobre todo, son trabas. Es un sector hiperregulado, donde incluso se ha hablado de multas si no se cumplen ciertos objetivos de emisiones. Y enfrente tenemos un sector chino, por ejemplo, que en vez de coartarlo por parte de sus gobiernos, lo que hacen es insuflarle ese apoyo que no está teniendo Europa”, argumenta Raúl Morales.

En este debate, Carlos Magdaleno también es contundente: “Tenemos que ser capaces de ser ecológicamente respetables. No estamos hablando de que nos neguemos a eso, pero tiene que ser viable.

No tiene que restarnos la posibilidad de competir con los demás. Eso es importante. Y el fabricante chino ha visto los huecos en la rigidez que tenemos en Europa para ser los líderes en mercados en los que todavía no habíamos avanzado tanto porque estábamos en motores de combustión”.

Y, sobre todo, pide que quede claro el terreno de juego para todos. “Ha habido cambios importantes en el concepto de combustible seguro: si era el eléctrico total, si es el de combustión híbrido enchufable…

Esas condiciones las tenemos que tener claras, porque los fabricantes de vehículos no pueden hacer su planificación de futuro si no tienen las condiciones perfectamente definidas. Ahí es donde creo que tenemos un problema todas las empresas españolas y, por supuesto, las de Valladolid”.

Una oportunidad para atraer fábricas chinas a Castilla y León

Este rápido desembarco de marcas chinas en el sector automovilístico europeo también puede tener su lado positivo. Los expertos insisten en destacar cómo estas empresas del gigante asiático están desarrollando una red de concesionarios en Europa y aseguran que muy pronto estarán interesadas en fabricar aquí sus vehículos.

“Algunos de ellos se están fijando en España para poder producir. Eso sería una buena noticia, claro. España tiene todos los componentes para atraer esas inversiones de las marcas chinas que quieren evitar los posibles aranceles o que quieren producir directamente aquí porque les resulta más rentable”, explica el director de Comunicación de Faconauto.

Castilla y León está en una posición privilegiada para atraer las nuevas factorías de marcas chinas para Europa. “España es el segundo fabricante de automóviles de Europa, tiene una logística consolidada, tiene la experiencia, tiene toda la parte de componentes que también se producen en nuestro país. En Castilla y León también tenéis muy buenos ejemplos. Hay muy buena base para atraer esas inversiones”, remarca Raúl Morales.

Inversiones que no solo llegarían de estas posibles nuevas fábricas. Las marcas chinas están suponiendo un impulso importante en el sector de los concesionarios. Morales señala cómo “ahora mismo en España hay 500 puntos de venta que ya distribuyen marcas chinas.

Y eso quiere decir también que las marcas chinas están apostando por los concesionarios para llegar al cliente final. Por un modelo de distribución que se puede calificar como tradicional. No es una venta directa, sino que ellos han visto una red muy profesional en España y están aprovechando esa red para entrar en nuestro mercado.

Desde el punto de vista de los concesionarios, que son empresarios e inversores, lo que hacen es buscar las mejores opciones de inversión para su negocio y también para dar esa respuesta a los clientes. En ese sentido, nosotros lo vemos como una oportunidad desde el punto de vista de la distribución”.

Porque, como es lógico, al estar dando los primeros pasos en España, la red de distribución y talleres de las marcas chinas todavía está en pañales. “Encontrar ahora mismo talleres que conozcan los vehículos y la tecnología de los vehículos es cada vez más complicado. Nosotros hemos recibido algunas quejas, incluso en el retraso de repuestos, pero por eso tratan de combatir el problema con una ampliación del periodo de garantía superior, en muchas ocasiones, al que se ofrece en un producto europeo o español”, reconoce Mario Arnaldo.

Aun así, el representante de los automovilistas europeos hace un balance positivo de este terremoto en el sector: “Siempre es positivo que haya nuevos actores en el mercado que sirvan de acicate para que los fabricantes no vivan de las rentas”.