Rosa María Mateo (EFE)

Rosa María Mateo (EFE)

Televisión

Un año de Mateo en RTVE: mejores informativos, crisis de audiencias, derroche y oscurantismo 

La periodista fue nombrada Administradora Única con la promesa de que estaría un breve periodo en el cargo.

30 julio, 2019 09:01

Tras un decreto ley urgente y la celebración de ocho plenos parlamentarios, Rosa María Mateo era nombrada el 27 de julio de 2018 como Administradora Única de RTVE con la premisa de una breve dirección hasta que se designara a un nuevo presidente de la Corporación por concurso público. 

Sin embargo, los bloqueos para un Consejo de Administración de la corporación con una cadena de recursos, primero parlamentarios y después contencioso administrativos ante los tribunales, han propiciado que Mateo cumpla este sábado doce meses de gestión.

Y el balance no puede ser más agridulce con una RTVE en mínimos histórico de audiencias, con una importante crisis de imagen de la que aún a día de hoy intenta recuperarse debido a la celebración del debate electoral del 28A y con un oscurantismo inédito en su gobierno.

Los primeros cambios de Mateo en RTVE fueron celebrados por la prensa especializada

Y esto que su gestión no pudo empezar mejor. De primeras, tras seis años de manipulación y con la imagen por los suelos, la periodista decidía destituir al más que cuestionado director de informativos, José Antonio Álvarez Gundín, y nombrar en su lugar a Begoña Alegría, cuya elección fue respaldada por casi el 90% de sus compañeros.

Asimismo, Mateo cancelaba uno de los programas con peores críticas de la televisión pública, Hora punta, de Javier Cárdenas, ahorrándose así los 150.000 euros por programa semanal que había firmado con la anterior cúpula. No obstante, mantenía en su puesto al principal valedor de Cárdenas, Eladio Jareño, en una de sus más cuestionadas primeras decisiones.

Pero, además, en su primera comparecencia en el Congreso, Mateo personificó a la perfección el hartazgo de muchos ciudadanos con el trato que le habían estado dado los partidos políticos a RTVE durante años. "A todos ustedes sólo les importa la televisión pública cuando la pueden controlar. Los trabajadores de TVE estamos un poco cansados de todos los políticos”.

"Miren señorías, se lo digo a todos ustedes: yo vengo aquí a decir la verdad. Y cuando digo la verdad es la verdad. Y cuando digo que soy independiente, soy independiente. ¡Nadie me va a dar órdenes! ¡Ni ustedes, ni ustedes, ni ustedes! Esto quiero que lo tengan muy claro todos ustedes", decía enfadada en un frase que podíamos hacer dicho cualquier periodista cansado del trato dado a la Corporación.

Amedrentada por la derecha

Sin embargo, poco a poco la gestión de Mateo empezó a defraudar a todos aquellos que un día creyeron que la periodista era la esperanza para por fin conseguir una televisión pública de la que los españoles pudieran sentirse orgullosos.

La primera defraudación llegaba en noviembre cuando la Administradora claudicaba ante esa derecha más irracional y, con una preocupante falta de comprensión de las nuevas narrativas, pedía perdón por un tuit en el que se elogiaba a la Princesa Leonor.

La Administradora nunca ha comunicado las nuevas compras que autoriza

RTVE se sometía así a los deseos de unos pocos que siguen queriendo controlarla y entraba en ese peligroso juego que le podría llevar a matar el verdadero espíritu de una televisión pública que debe experimentar, crear, arriesgar, innovar.

Asimismo, conforme pasaban los meses, la gestión de Mateo comenzó a tornarse un tanto oscura. Y es que, al contrario de lo que se venía haciendo en la Corporación, que mandaba una nota de prensa a los medios anunciando todos aquellos nuevos contratos audiovisuales que se habían dado luz verde, la Administradora nunca ha comunicado las nuevas compras que autoriza.

De esta forma, desde la radiotelevisión pública se ha estado planificando la parrilla del tres primeros trimestres del año con absoluto secretismo y, salvo algunas filtraciones en medios 'amigos', nadie ha sabido qué programas o series llegarían a la parilla de la cadena.

Lo que sí hemos sabido, sin embargo, es que Mateo ha disparado el gasto en programas y películas ante la sangría de audiencia, elevando su gasto un 16% en 2018 en derechos audiovisuales y retransmisiones hasta los 302,3 millones de euros y duplicando la compra de contenidos para los próximos cinco años hasta los 461 millones.

Sin embargo, de nada ha servido. A pesar de haber emitido en el último trimestre sus ofertas estrella (MasterChef, Cuéntame) o varios partidos de La Roja, tanto el grupo RTVE como La 1 como cadena cerraron junio con mínimo histórico. 

Una gran crisis de imagen

En estos doce meses de gestión, RTVE también ha vivido una de sus peores crisis de imagen de los últimos tiempos. Y es que, después de que Mateo accediera a las pretensiones del Gobierno a la hora de celebrar el debate electoral del pasado 28A, los profesionales de la Corporación estallaron en redes sociales.

”Quiero expresar mi más absoluto desacuerdo con la decisión de la Presidenta de RTVE de modificar la fecha fijada para el debate a 4 y pasarlo al día previsto por una cadena privada, poniendo así en entredicho la imagen de independencia de RTVE por la que tanto hemos peleado”, decía Xabier Fortes.

“¡Basta ya! Me siento profundamente decepcionado con Rosa María Mateo. Es indignante. ¡Hay que ser firmes en la defensa de la independencia de RTVE!”, escribía el periodista Gabriel López.

La plantilla de RTVE se plantó ante Mateo por acceder a las pretensiones del Gobierno en el Debate

El hartazgo de la plantilla fue tal que, a última hora del jueves, los trabajadores decidieron que ese viernes era hora de volver a negro. “Nos vestimos antes de negro pidiendo el consenso de todos los partidos para que nunca RTVE estuviese al servicio del gobierno y mañana, contra la decisión de Rosa Maria Mateo de poner RTVE al servicio del gobierno. Soy independiente y lo defiendo contra el que sea. #ViernesNegro”.

Al final no hizo falta. Sánchez reculó y el viernes aceptó debatir el lunes 22 en RTVE y el martes 23 de abril en Atresmedia. Se cerraba así una crisis de imagen para la radiotelevisión pública que, no obstante, sirvió para que aquellos que cuestionaban la independencia de los profesionales de RTVE, tuvieran que callar.

Asimismo sirvió para que los espectadores recuperaran la confianza en La 1 de TVE y esta semana volviera a ser referencia informativa en las tres jornadas de la fallida sesión de investidura de Pedro Sánchez. 

Y aunque sus informativos han caído a la tercera plaza, desde RTVE se insiste en que los informativos públicos han ganado en pluralidad y credibilidad, algo "más importante" que la audiencia: "Hicimos un cambio en favor de la credibilidad y la pluralidad tras una etapa en la que los informativos estaban muy ideologizados. (...) Haciendo las cosas bien tiene que venir la audiencia".

De cara a la nueva temporada, según declaraciones a EFE, el objetivo es superar el 10 % de audiencia: "La parrilla del primer cuatrimestre está prácticamente cerrada y creemos que tenemos varias apuestas de entretenimiento y ficción que pueden ayudar a remontar y volver a estar por encima del 10 % con regularidad. Vamos a recuperar las constantes vitales porque tenemos producto de calidad". Veremos.