El descacharrante bazar de ‘Sálvame’: del complejo vitamínico a las virtudes de su bingo

El descacharrante bazar de ‘Sálvame’: del complejo vitamínico a las virtudes de su bingo

Televisión

El descacharrante bazar de ‘Sálvame’: del complejo vitamínico a las virtudes de su bingo

El programa tiene un merchandising más que particular: ¡hasta colchones y robots de cocina!

4 marzo, 2019 08:32

Merchandising relacionado con la televisión ha habido toda la vida. El Un, dos, tres tuvo juegos de mesa, muñecos, golosinas y libros. La serie Compañeros, una colonia y novelas juveniles, Crónicas Marcianas sacó discos recopilatorios, videojuegos y hasta dulces (¿alguien recuerda aquellas ‘Piedras de Marte’?). Física o Química tuvo incluso sus propias palomitas de maíz. Pero todo esto queda en nada comparado con el peculiar bazar que el programa Sálvame ha lanzado desde sus inicios.

¿La última? Un complemento alimenticio “a base de plantas, vitaminas y zinc” que han comercializado con el divertido nombre de ‘Sálvame el día’ . Según la web de Telecinco, "contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y ayudan a disminuir el cansancio y la fatiga”. Un invento que ha contado con Cristina Tárrega como madrina.

“‘Sálvame el día’ es una nueva campaña que lanza Mediaset para ayudarnos a mejorar nuestro estado anímico, con un nuevo complemento alimenticio que hasta el día de hoy no tiene equivalente en el mercado europeo. Es algo totalmente novedoso y diferente tanto en su composición como en su efectividad” explica Cristina en su blog de Telecinco. Gracias a la bitácora de la antaño cantante, también sabemos que el vitamínico tiene el aval del Instituto Universitario de Innovación Alimentaria de la Universidad Católica de Murcia 

Las beneficios de jugar al bingo de ‘Sálvame’

Que un programa como Sálvame lance un libro (‘Sálvame, soy un reportero en apuros’ de Omar Suárez), una revista de corazón o pasatiempos o incluso un juego de mesa en la línea del Trivial con preguntas sobre famosos se podría considerar algo natural. No lo es tanto, por ejemplo, que lancen un bingo.

Los estudios de mercado, imagino, señalarán que el público de Sálvame es aficionado a este juego de azar, y de ahí que antes de Navidad sacasen bajo la marca del programa ‘El bingo en casa’, que cuesta la friolera de 30 euros. El contenido de la caja son seis rotuladores, 320 cartones y un DVD con 60 partidas, en las que los números los cantan Kiko Hernández y Lydia Lozano.

En la actualidad hay bastante consciencia sobre los problemas que puede generar la ludopatía, y en ocasiones, los personajes famosos que promocionan el juego online son criticados por colaborar en campañas que puedan fomentar esta adicción. Sin embargo, desde la web de Mi Tienda Mediaset nos venden ‘El bingo en casa’ en algo casi medicinal, porque “fomenta la memoria a corto plazo, desarrolla la interacción social y la competitividad, desarrolla las capacidades auditivas y coordinación entre ojos y manos. Potencia la atención, facilita la expresión verbal y la exteriorización de emociones… y además los jugadores se lo pasan estupendamente, que es lo importante”.

El colchón de ‘Sálvame’, diseñado por científicos y médicos

Un buen fan de Sálvame necesita el complemento alimenticio (que, insisten, no es un medicamento), el bingo, la revista del corazón y la de pasatiempos, el juego de mesa y el libro de Omar Suárez. Pero todavía hay más.

Si nos damos un paseo por las tiendas virtuales, veremos que existe camisetas de Belén Esteban, el “Robot Familiar de las Meriendas de Sálvame” (un robot de cocina, que hablamos de Sálvame, no de Futurama), el ‘Anillo Infinity de Sálvame’ al más puro estilo de los anuncios de la Teletienda, o incluso, el ‘Sistema de descanso Élite Deluxe de Sábado Deluxe’, o lo que viene siendo una cama con el canapé eléctrico. Según la web, el colchón está “desarrollado por los científicos, médicos e ingenieros del Instituto Europeo de Calidad del Sueño (ESCI)” por lo que, presuponemos, debe ser muy diferente al que tiene cualquiera del resto de los mortales en casa, de esos que se compran en cadenas suecas.