“A nivel de guión, yo creía que íbamos un poco por House of Cards o que era lo que queríamos dar. Pero se me ha dicho un "no" rotundo, un "no nos interesa ese matrimonio" y que íbamos a contar otra historia”, explicaba Myriam Gallego hace unos meses cuando se le preguntaba por Secretos de Estado, la nueva serie de Telecinco.

Quedaba claro entonces que Secretos de Estado no iba a ser un thriller político al estilo de ficciones como House of Cards o Borgen. De hecho, la directora de Ficción de Mediaset España, Arantxa Écija, explicaba hace unos días que "Secretos de Estado propone al espectador una reflexión sobre hasta qué punto lo personal influye en la política, sobre cómo los intereses, la ambición y pasiones de los que deciden pueden repercutir en el funcionamiento de todo un gobierno”.

De ahí que cueste entender algunas de las promos con las que Telecinco ha querido promocionar el estreno de Telecinco. Y es que, si la serie es más “pasional” que política, ¿por qué se ha confundido al espectador dando una imagen que no se corresponde con la realidad?

Así, por ejemplo, hemos visto cómo se relacionaba noticias de la actualidad como que “el juez atribuye al ex chófer de Bárcenas los delitos de robo, malversación de caudales públicos y prevaricación” con la ficción.

“Me dijiste que pararías cualquier investigación”, se ve decir en una de las promos a Jesús Castro, que interpreta el papel del jefe de seguridad del Presidente del Gobierno. “Deberías tener cuidado”, le espeta José Luis García Pérez, que da vida a un expresidente del Gobierno. “Yo solo cumplo tus ordenes”, le contestaba Castro.  

Lo más llamativo llegaba, no obstante, hace unos días cuando en una nueva promo se podía ver al humorista Raúl Pérez metido en la piel del excomisario José Manuel Villarejo anunciando que "solo él y Secretos de Estado conocen la verdad de las cloacas del Estado".