Hace ahora una semana, volviendo de Bilbao de los Premios Feroz, hacía el ejercicio de poner las 10 canciones que optaban a representar a España en el Festival de Eurovisión a dos amigas para así obtener la opinión de personas que nada tienen que ver con el certamen. Tenían clara cuál era la mejor opción: La venda de Miki.

Teniendo en cuenta que mi favorita desde el minuto uno -nunca mejor dicho- había sido Muérdeme, de María Villar, mi cara fue un tanto de sorpresa. Sin embargo, esa misma noche, durante la gala de Operación Triunfo, vi claramente que España tenía que decantarse por el de Terrasa.Y así fue.

Ya al día siguiente, durante la rueda de prensa de presentación del candidato, los medios acreditados pudimos comprobar que detrás de Miki se escondía un joven muy sensato, inteligente, espontáneo, trabajador y, sobre todo, con mucha ilusión por representar a nuestro país el próximo mayo en Israel.

Siempre con una sonrisa, el exconcursante supo torear una a una las preguntas más polémicas sobre la celebración del festival en Israel, sobre cómo la España de mierda resaltará que es catalán, o sobre las críticas que le hicieron sus compañeras porque sólo a él se le reconociera como feminista.

"He pensado que esto es muy divertido, que voy a hacer lo que me gusta: viajar y la música, que son mis dos pasiones de siempre", dijo respecto a Israel. “"Quien lo use políticamente no sabe lo que es Eurovisión", añadía sobre el asunto catalán.

“No quiero ser cabecera del feminismo. Que un hombre esté delante en la lucha por el feminismo no serviría de nada. Haré todo lo que esté en mi mano para visibilizarlo. Si puedo hacerlo a través de la música lo haré”, explicaba sobre el feminismo.

Y la semana ha sido más de lo mismo. MIki ha demostrado estar completamente volcado con la promoción de La venda, consciente de que tiene entre sí una gran oportunidad de futuro.

La canción que nos representa

Pero dejando a un lado la personalidad de Miki y centrándonos en la canción, La venda representa a la perfección a España, a su espíritu fiestero, sus verbenas, sus noches de verano, su alegría.

Es, además, una canción que nos diferenciará perfectamente de los demás países competidores y que puede ayudarnos a ganar el favor de este televoto amante de lo fiestero, como en otras ocasiones ha hecho con Moldavia.

De no ser así, si nuestra propuesta no gusta o TVE vuelve a ‘cagarla’ por enésima vez por una puesta en escena ridícula, al menos este año sí podremos decir que lo hemos pasado bien. ¿Y hay algo más español que ponerle buena cara al mal tiempo?