La malvada crítica televisiva -nótese la ironía- se ensañó con El Continental tras el visionado de su primer capítulo en el pasado FesTVal de Vitoria. A pesar de que la ficción española ya juega en otra liga, los hubo que no entendían por qué tanta brutalidad con una serie que intentaba arriesgar.

Hubo un tiempo que las series de TVE contaban con el respeto de la audiencia

Lo peor, sin embargo, estaba por llegar. Aunque en TVE todavía hay quién piensa que el espectador español no ha madurado ‘seriefilamente’, éste le dio la espalda sin miramientos.

Y así nos hemos encontrado que, por segunda vez en menos de un mes, la cadena pública ha tenido que mandar a una de sus series al late night con el consecuente gasto que ello supone para las arcas públicas.

Que este tipo de movimientos lo hagan las cadenas privadas entra dentro de la lógica porque con su dinero hacen lo que les viene en gana. Pero que una televisión pública emita en late night capítulos que cuestan unos 600.000 euros es un auténtico despilfarro.

Hubo un tiempo en el que era difícil encontrar una serie que diera vergüenza ajena en la cadena pública: Herederos, Desaparecida, La señora, Guante blanco, Pelotas, UCO, Los misterios de Laura, Gran Reserva… Todas ellas contaban con el respeto de la crítica y la audiencia.

El enchufe de familiares

Sin embargo, desde la llegada del PP al Gobierno y la imposición de un presidente, se empezaron a aprobar series tan lamentables como iFamily, Reinas, El hombre de tu vida o La Pelu-quería. Series que se aprobaban simple y llanamente por amistad con las productoras y en las que, incluso, se enchufaba a familiares.

Lo comentaba hace unas semanas: con la renovación de RTVE es urgente que se dejen atrás estas prácticas y que se empiece a contar con unos estándares de calidad que eviten que se den a luz a determinados productos que luego la audiencia termina desahuciando.

No puede ser que alumnos de audiovisual sepan apreciar los fallos de El Continental y un directivo de una televisión pública le dé luz verde. Quizá va siendo hora que en la nueva RTVE se prescinda de aquellos que, no sólo juegan con el dinero de todos, sino con el prestigio de nuestra televisión.