14 de febrero de 2016. A pesar de que las televisiones tuvieron una hora para prepararse ya que Esperanza Aguirre había anunciado con antelación una rueda de prensa especial, Telemadrid conectó quince minutos tarde con esta perdiéndose así la dimisión de la política como presidenta del PP de Madrid.

Cristina Cifuentes ya gobernaba en la Comunidad de Madrid. Sin embargo, todavía quedaban reductos de esa televisión autonómica manipulada hasta la saciedad, primero por Aguirre y después por Ignacio González.

La historia ya la conocen. “Aguirre llegaba a la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2003 con el objetivo de privatizar la cadena autonómica. Con el único fin de darse autobombo, despilfarrando el dinero en beneficio de sus amiguetes, Aguirre montó su chiringuito en Telemadrid”, decían en un magnífico vídeo subido por Salvemos Telemadrid.

“Con su gestión, infinidad de moscones llegaron a Telemadrid al olor del dinero público contribuyendo al desfalco y la perdida de credibilidad de la cadena”,continuaba el vídeo, añadiendo que en sólo unos años la cadena cayó desde un un 17% a un 5% de audiencia.

Esta nefasta gestión llevó al despido de 860 personas. Por eso, cuando este lunes la cadena interrumpía su programación a las 17:00 horas para ofrecer su rueda de prensa y las posteriores reacciones de todos los grupos políticos, uno no podía olvidarse de todos ellos.

Justicia poética. Telemadrid, la cadena que manipuló sin escrúpulos hasta hundirla, interrumpía su programación poco antes de las 17:00 horas para informar sobre la dimisión de Aguirre, como portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, y recoger las posteriores reacciones de todos los grupos políticos.

Telemadrid volvía a ponerse al servicio de sus ciudadanos. Telemadrid volvía a ser un servicio público. “Estoy aquí para hacer de Telemadrid una radio y televisión pública de referencia”, decía José Pablo López durante su discurso en la toma de posesión de su cargo como director de Radio Televisión de Madrid. Ayer fue prueba de ello.