Concursantes de la tercera edición de 'MasterChef'

Concursantes de la tercera edición de 'MasterChef'

Televisión

Los seis secretos de 'MasterChef' que quizá no sabías

Bluper se cuela en la grabación de la prueba de exteriores en Alcalá de Henares. 

12 diciembre, 2016 17:27

MasterChef lleva ya tres ediciones en antena y son muchas las cosas que sabemos de él. Desde su mecánica a cómo son sus jueces delante de la cámara, hay cosas que conocemos de un programa que es ya tan familiar para el espectador.

Pero detrás de las cámaras se cocina de otra manera. Bluper ha podido visitar la grabación de la tercera entrega de esta tercera edición, que se emite este mismo martes, y ha podido descubrir los secretos mejores guardados de MasterChef.

1. Los delantales que se ponen no son los mismos que les entregan

Los concursantes y el equipo llegan siempre con mucha puntualidad a las citas de exteriores. En este caso, la grabación en la población madrileña de Alcalá de Henares estaba citada a las 10:00 de la mañana y comenzó en ese preciso instante.

Es ahí cuando se decidieron los equipos que iban a concursar en la prueba. Y es ahí cuando se descubre uno de los secretos. La organización les entrega unos delantales doblados pero... no son esos los que se ponen.

Para que delante de la cámara queden perfectamente y sin arrugas, los concursantes reciben otros delantales. Esta vez, están sin doblar y recién planchados. Tienen que lucir ante la cámara.

2. Los concursantes intentan hacer trampas mirando los platos antes de tiempo... pero no lo logran

Como en cualquier juego, siempre está la picardía y más en España. Cuando el jurado explica qué platos tienen que hacer en la prueba grupal, entran los platos cubiertos para que no los vean.

Pero esos platos también tiene que lucir bien delante de la cámara, y cuando la mesa está en su sitio hay que destaparlos momentáneamente para lograr que estén impecables. ¿Cómo consiguen que los concursantes no los vean antes de darle al rec en la cámara? La organización les obliga a darse la vuelta para que no sepan nada hasta que estén grabando. Siempre hay alguno que intenta mirar de reojo, pero el equipo es muy grande y todos vigilan para que no consigan su objetivo.

3. Muchas horas de grabación

Como en cualquier programa, se sabe cuándo se empieza a grabar pero no cuándo se termina. En este caso, MasterChef tenía como hora de inicio las 10:00 de la mañana, con el consiguiente madrugón que supone para todos. "Me he levantado a las 6 de la mañana", reconocía Eva González a este portal.

Pero la hora de salida no está tan clara. Una vez grabado el reparto de equipos, hay que dejar listas las cocinas. Lo primero sucede en media hora a lo sumo, pero la preparación cuesta mucho más y hay un tiempo muerto de unas dos horas. A ese tiempo hay que sumarle lo que dure la prueba, que en este caso eran también más de dos horas, más las deliberaciones. Antes de primera hora de la tarde nadie puede irse a su casa.

4. Los culinarios

En el equipo que forma parte del programa no solo están las caras visibles. También hay otros profesionales que son muy importantes para el buen funcionamiento de todo y que sin ellos el trabajo sería muy complicado.

Se trata de los llamados "culinarios", unos cocineros expertos que se encargan de poner todo a punto. Su tarea es comprobar que las cocinas están en correcto funcionamiento, poner los ingredientes en su sitio y, sobre todo, estar pendientes de los concursantes.

Ellos son los que les enseñan en los exteriores a usar las cocinas y explicarles dónde está cada utensilio que necesiten. Además, están encima de ellos durante la prueba por si meten la pata como medida de seguridad. Su papel es fundamental.

5. Apagones durante la prueba

Cuando se rueda en exteriores, todo puede salir mal. Pero el equipo está preparado para corregir cualquier percance lo más rápido posible y que no cause mayor problema.

Algo de lo más habitual es que la luz se vaya en la infraestructura montada. Los profesionales que trabajan en el programa acuden rápido a la voz de los "culinarios" y solucionan el problema para que los concursantes puedan seguir cocinando sin mayor percance.

6. La buena relación del jurado, también detrás de las cámaras

Jordi Cruz y Pepe Rodríguez son igual delante de las cámaras que detrás. Los piques que se ven siempre durante las pruebas, cuando cada uno apadrina un grupo, son reales y muestran la buena relación que hay entre ellos.

Es habitual escuchar a Jordi cuando se ha apagado el "pilotito rojo" decir la "paliza" que le va a meter a Pepe en la prueba. Y también es normal ver a Pepe explicar fuera de cámara los mismos puntos que están haciendo mal los concursantes.

Esa realidad se traslada a la pantalla y es parte del éxito del programa. También entre el resto del equipo se ve muy buena relación y se impregna en los concursantes, que son así más sinceros ante la cámara tanto para bien como para mal.