Como no podía ser de otra forma, Mario Conde elegía este miércoles Intereconomía para conceder su primera entrevista en televisión. La Justicia confirmaba hace sólo unas semanas que el empresario era propietario de un 4,5% del grupo a través de la sociedad Royal OAK. Y, obviamente, Conde se sintió como en casa.
De hecho, tal fue la comodidad del expresidente de Banesto que se permitió el lujo de atender hasta dos llamadas de teléfono en directo. "Ya saben, las llamadas hay que atenderlas", se limitó a decir el presentador de El Gato al Agua, Javier Algarra, no sin cierta mirada de incredulidad (Minuto 23:30).
Durante la entrevista, Conde se limitó a repetir una y otra vez que el dinero que pretendía traer a España "nada tiene que ver con dinero de Banesto. Procede de una operación anterior".
Sin embargo, el empresario no quiso revelar esa procedencia. "No le voy a decir nada, aunque no es muy difícil averiguarlo", comentaba. "¿De la venta de Antibióticos?", le preguntó Algarra. "Todo lo que tenga que decir se lo diré al juez".
El empresario sí confirmó que las transferencias de dinero a España se habían hecho mediante sociedades offshore. "Lo importante no es la forma, sino para qué viene... Nunca lo hemos negado. Transferir dinero no es ningún delito. Sacarlo sí", confesó Conde, que también anunció que emprendería acciones legales contra todos aquellos que hayan mentido sobre su ingreso en prisión.
En total, una hora de entrevista en la que Conde pudo dar su versión de la historia. "Deseamos que sea inocente y que pueda demostrarlo", le despidió Algarra.
Tras esto, en el debate posterior, Xavier Horcajo, José Javier Esparza y Kiko Méndez-Monasterio incidieron en la presunción de inocencia del empresario. "Suena más a inocencia que a culpabilidad", dijo el primero.
Y, mientras, en los rótulos del programa aparecían mensajes de espectadores dando su apoyo a Conde. Ni un comentario negativo. "Mario Conde en su momento estorbaba a Felipe González y Aznar. Ahora estorba a Rajoy", decía uno de estos mensajes.