De cómo 'El Intermedio' pasó a ser un informativo: 24 horas tras las cámaras

De cómo 'El Intermedio' pasó a ser un informativo: 24 horas tras las cámaras

Televisión

De cómo 'El Intermedio' pasó a ser un informativo: 24 horas tras las cámaras

30 septiembre, 2015 11:42

¿Te has preguntado alguna vez cómo se prepara 'El Intermedio'?  Productores, guionistas, redactores, grafistas, documentalistas, creativos y realizadores han hablado con la web de laSexta cómo, desde primera hora de la mañana, dan cuerpo al programa presentado por Wyoming.

Un formato que, tras 10 temporadas en la parrilla de laSexta, ha "dado un giro tremendo", tal y como segura Marian García, la directora de producción. Y es que ha pasado de ser un programa de entretenimiento a uno "informativo" pero con su toque de humor característico. "España necesita un poco de diversión con las noticias", comenta.

Siguiendo con la evolución del programa, los documentalistas, desvelan que ha sido "bestial". "Al principio se buscaba la imagen graciosa, y ahora, el total potente del político y la actualidad", comenta José Luis Gismera, de documentación. Una actualidad que ha cobrado importancia y con ella las entrevistas, y la revista de medios que básicamente "ocupa los 50 minutos de programa", asevera el guionista Raúl Navarro.

Tras elaborar la mayor parte del trabajo, llega la hora crítica, las siete de la tarde "cuando se empiezan a cerrar todos los contenidos", confiesa el realizador Diego Santos. Y es que a partir de ese momento "se genera el 80% del programa".

Un programa que El Gran Wyoming no se prepara porque cuando llega, "el guión no está" y cuando lo tiene en sus manos, es la hora del ensayo, donde repasan con guionistas y Maikol, el director de 'El Intermedio', el contenido de la emisión por si hay algún cambio antes del directo.

Cada programa que arranca de 'El Intermedio' lo hace con dos guiones en la mesa: uno para Sandra Sabatés en blanco, y otro para El Gran Wyoming en azul. Pero, ¿por qué el presentador utiliza folios de colores? Wyoming confiesa que es "una manía" que viene de lejos para saber dónde deja el guión, además de ser una cuestión "estética", que sólo ha colado en su caso.