Sandra, camarera de un local de intercambio de 54 años, en ‘First Dates’
La incomodidad de Sandra (54), camarera de un local de intercambio, en ‘First Dates’: “Solo me falta chupar las axilas”
La colombiana, afincada en Madrid, no se ha sentido atraída para nada por su cita a pesar de los intentos de Manuel, cocinero de 64 años.
Más información: Ariel, un argentino de 54 años, en 'First Dates'
En el amor, la conexión es lo más importante, y la intención no es todo lo que cuenta. Si no, que se lo pregunten a Sandra, colombiana de 54 años afincada en Madrid y participante de este martes 25 en First Dates.
Ella es monitora de gimnasio y trabaja de camarera en un local de intercambio de parejas. “A mucha gente esto le supera, pero no es nada del otro mundo”, explicaba la colombiana.
Acudía a First Dates buscando a alguien de “entorno liberal, aunque no quiera estar siempre en el ambiente”. Sandra era flexible en ese sentido: “Que tengamos nuestra intimidad también, no todo va a ser con mucha gente”, reflexionaba.
La monitora también desvelaba un detalle importante que no le hacía la participante ideal del dating show: “Nunca me he enamorado. En cuanto va pasando el periodo de encantamiento, voy perdiendo el interés”.
Su cita era Manuel, madrileño, cocinero de 64 años y también aficionado al gimnasio. Se definía como un hombre al que le gusta cuidarse: “Soy coqueto. Un día me pinto las uñas, y las de los pies también me las pinto”, explicaba.
En el confesionario, la también camarera se moría de la risa y dejaba ver sus cartas: “Es que no. Es muy bajito”. En este caso, el gimnasio no parecía ser suficiente para Manuel. “Por primera vez me he sentido alta”, añadía la colombiana.
En las presentaciones, el cocinero le dejaba claro a Sandra su atracción por ella. “Eres muy guapa”, le decía mirándole a los ojos.
No obstante, la atracción no parecía ser recíproca: “Menos mal que no llevaba lunares en la cabeza, porque si no estoy pendiente. Me estaba llamando la atención con las cejas pintadas. Imagínate si llega a tener un lunar o algo en la cabeza”.
La cita estaba abocada al fracaso a pesar de los galantes intentos del madrileño. “Es una mujer muy sexual y sensual”, opinaba Manuel a solas.
Otra señal de la falta de química es que ella no quiso compartir con el cocinero los detalles de su profesión nocturna. “Procuro ser muy clara en mis cosas, pero no lo vi en situación de ir más allá de una amistad. No hace falta decírselo”, aclaraba.
Manuel, cocinero de 64 años, en 'First Dates'
Manuel insistía con el clásico pico y pala tratando de hacer caer a Sandra rendida a sus encantos: “En el gimnasio estarás venerada porque eres un pivonazo”, mencionaba.
La colombiana contestaba cortante con una información revelada previamente: “No. Es un gimnasio femenino”. “Ah, es verdad, claro”, contestaba el madrileño consciente de su despiste.
La guinda del pastel vino con la explicación sobre las zonas erógenas del cocinero: “Me seduce que me toquen las axilas y me hagan cosquillas”, reconocía Manuel.
Sandra no daba crédito: “No me gusta tocar axilas, solo falta que se las tuviera que chupar”, subrayaba. “Las axilas”, matizaba inmediatamente.
El resultado final era de esperar. Manuel sí quería tener una segunda cita con la monitora: “Me has parecido una persona agradable y guapa”, decía.
Sandra, sin embargo, parecía tenerlo claro desde el primer saludo: “No me gustaría tener una segunda cita porque me ha faltado algo que es importante. Me gustan los hombres más altos”, aclaraba.
Eso sí, terminó con una nota de cortesía: “Pero me has caído muy bien”.