Soraya en 'First Dates'.

Soraya en 'First Dates'.

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Soraya (39), masajista y dominatrix, en ‘First Dates’: “Nunca sacrificaría mi trabajo, disfruto con mis perritos”

Su cita, Federico, no estuvo interesado en dejarse dominar por la tarraconense, que asegura que tiene a “mascotas humanas”.

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Los polos opuestos se atraen, y los iguales, se repelen. Esta premisa de la física también es aplicable a las personas, y una prueba de ello han sido esta noche Soraya y Federico en First Dates. Ambos se definen como dominantes en cuestiones amatorias, y por ello han chocado de frente.

La primera en entrar en el restaurante de Cuatro fue Soraya, una tarraconense de 39 años. Se define como masajista sensorial, una terapia alternativa en la que “conectamos las energías”, y también es dominatrix. “Tengo a chicos de mascotas”, le explicaba a Carlos Sobera.

En el confesionario, detalló que ella hace “sesiones, vienen chicos a que yo los domine. Y todos los sumisos no son iguales, no todos hacen lo mismo”. En concreto, relató que ella suele mandarles un cuestionario donde indiquen sus gustos, para ver si encaja en lo que ella hace, porque no lo practico todo”. 

Soraya cuenta que se le hace complicado encontrar pareja, y que siempre le tocan “cachirulos, cachas y garrulos”. Su cita fue Federico, un italiano afincado en Canarias de 37 años, chef y jugador de póker.

En un primer vistazo, a él le gustó Soraya y sus tatuajes. “Me atrae, tiene buen cuerpo, es muy guapa”, reconocía el soltero. Sin embargo, ella tenía opinión: No me ha gustado nada, para qué te voy a engañar”.

Soraya y Federico en 'First Dates'.

Soraya y Federico en 'First Dates'.

Según explicó la masajista sensorial, a ella le gustan fuertes, no le importa si de gimnasio o porque estén gorditos. Pero los hombres deben ser “grandotes, que me sienta protegida, que no tenga que proteger con mi fusta detrás”. Y Federico no le daba eso.

Durante la cena, él le preguntó a qué se dedicaba, y ella contó lo que el público ya conocía: que es masajista y dominatrix. “Por qué me dices esas cosas”, titubeó el cocinero. Tengo mascotas humanas”, apostilló ella. 

Ahí entendieron que no habría química. Él le dijo que es dominante, Soraya le aclaró: “Nos vamos a llevar mal, porque yo soy muy dominante”.

De hecho, la soltera explicó que “si tengo que sacrificar algo, siempre voy a sacrificar mi vida de Soraya, no la de trabajo, porque disfruto con lo que hago, es mi pasión, disfruto con mis perritos”.

Federico, en el confesionario, se sinceró al reconocer que busca una mujer a su mismo nivel, que no esté por encima ni por debajo, y cree que con Soraya se sentiría por debajo.

Tras la cena, Soraya le dio un masaje sensorial al italiano, que se sentía como “un gorila en una jaula” al no poder tocar a la chica. “Se ha puesto duro, que le he tocado la colita”, bromeó ella sobre la experiencia.

“A los hombres hay que tratarlos como lo que son, perritos obedientes”, decía Soraya mientras masajeaba. “No... Conmigo este relato no funciona”, lamentaba Federico. “Es lo que hay”, le aclaraba Soraya. Con semejante estampa, era de esperar que ambos no quisiesen una segunda cita, pues sabían que eran incompatibles.En un gallinero solo hay un solo gallo, y ella es gallo, y yo también”, lanzó el chef, antes de abandonar el programa.