Ángel Muñoz ('Gran Hermano 11'), en el reality y en la actualidad a los 48 años

Ángel Muñoz ('Gran Hermano 11'), en el reality y en la actualidad a los 48 años

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La nueva vida de Ángel Muñoz ('Gran Hermano 11') a los 48 años, alejado de la televisión: "Ha costado sudor y lágrimas"

El ganador de 'Gran Hermano 11' disfruta actualmente de una vida alternativa, poco habitual en personas que han pasado por la televisión.

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El 27 de enero de 2010 siempre será una fecha especial para Ángel Muñoz. Aquella noche, el concursante madrileño se proclamó ganador de Gran Hermano 11 y se llevó el codiciado maletín de 350.000 euros, tras sumar 144 días de concurso.

Supuso el triunfo de un profesor de pilates que entró como "concursante espía" y conquistó al público por su carácter tranquilo y observador.

Esa victoria fue un punto de partida, no un final. Ángel lo contó sin rodeos años después en una entrevista en EL ESPAÑOL: "Pagué lo que le quedaba de hipoteca a mis padres, di dinero a mis hermanas, hice donaciones…".

Ángel destacó su satisfacción y orgullo por ayudar a quienes lo necesitaban y admitió su intención de vivir con honestidad y plenitud, incluso en momentos difíciles: "Creedme que me ha costado dar este paso, sudor, lágrimas y zozobra".

"Sinceramente, estoy muy orgulloso de mí, sé que me va a ir bien si no es con esto con otra cosa y me siento muy tranquilo, en calma, y sobre todo feliz", afirmaba.

En lugar de explotar su fama en televisión, se volcó en dar clases de pilates y yoga y en seguir formándose. Una vida sencilla, con idas y venidas laborales, alejada del foco mediático.

La pandemia lo cambió todo. En 2020, sin trabajo estable, tomó una decisión drástica: alquilar su piso y mudarse a una furgoneta junto al mar. "No tengo ni luz. Cargo el móvil con el mechero de la furgoneta”, decía entonces, con una mezcla de crudeza y humor.

Ángel Muñoz, un ganador alternativo

“Con esta decisión que he tomado he decidido ser feliz y vivir con lo poco que tenga pero vivir, cerca del mar y surfeando, hasta que el cuerpo aguante… no tengo intención de volver a Madrid a vivir nunca", se expresaba, alto y claro.

No quería dar pena a sus seguidores, únicamente pedía tiempo para recomponerse: "Esto es una transición para encontrar el momento de reinventarme profesionalmente".

Pasados los sustos, Ángel ha mantenido esa filosofía nómada y saludable. En 2024, Mediaset resumía su presente como el de un "profesor de yoga y meditación" que vive de forma alternativa, "siempre a bordo de su furgoneta", en contacto con la naturaleza y que incluso ha presentado nueva pareja en redes. 

Su nombre sigue ligado a un hito del reality: el mayor premio en metálico otorgado a un ganador de Gran Hermano en España sigue siendo el suyo, según el repaso actualizado de Business Insider en 2025.

Un recordatorio de que, a veces, los grandes cheques no garantizan vidas fáciles, pero sí oportunidades para decidir cómo vivir.

Hoy, la historia de Ángel es la de alguien que eligió bajarse del carril rápido. Sin platós ni exclusivas, con una furgoneta como casa y el Atlántico o el Cantábrico como vecindario.

Con lo justo para seguir adelante y con la serenidad de quien ya ganó una vez y no tiene prisa por demostrar nada. En sus propias palabras, aquellas de 2020 que todavía le definen: "Me siento bien y estoy feliz".