Luján Argüelles en 'El rival más débil'.

Luján Argüelles en 'El rival más débil'.

Bluper

Luján Argüelles regresa con ‘El rival más débil’ a Telecinco: ¿qué pudo fallar en su última etapa?

El concurso, ahora con famosos, tiene pendiente de emisión tres entregas que se grabaron el año pasado.

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El pasado curso televisivo, Telecinco estrenó El rival más débil como una de sus apuestas más tempranas. El mítico concurso que antaño brilló en RTVE tendría una nueva vida, con algunos cambios. Y el más importante y evidente: su presentadora. Luján Argüelles tomó el papel de maestra de ceremonias, esa que da caña a los concursantes cuando fallan.

Y, en segundo lugar, sus participantes no serían personas anónimas, sino celebridades. Además, agrupadas por profesiones: humoristas, periodistas, políticos. Los ingredientes eran muy jugosos, pero el resultado no terminó de cuajar en el horno de las audiencias.

Tras un tibio estreno el miércoles 4 de septiembre, el programa anotó tan solo un 6,5% de cuota y 559.000 espectadores. Poco a poco levantó cabeza, con un 6,9% de share y 646.000 seguidores en su segunda noche, y un 7,7% de cuota en la tercera. Ahí, Telecinco decidió hacer un break, y guardó las tres entregas que quedaban pendientes de emitirse en un cajón, las mismas que ahora ven la luz.

¿Qué pudo fallar, qué es lo que no consiguió que el espectador no jugase en su casa con los famosos a acertar respuestas de cultura general, ni a reírse con las ocurrencias de la presentadora por haber anotado pocos aciertos? Los factores principales fueron dos.

Por un lado, Luján Argüelles no se convirtió en una rígida presentadora, de esas que sueltan exabruptos por la boca sin parpadear. Las anteriores conductoras del espacio eran actrices, interpretaban un personaje, pero Luján era ella misma, aunque yendo un poco de malota.

Puedo ser una persona muy irónica. Me gusta parodiarlo todo, que juguemos al límite, pero desde un lugar de conexión y enlace entre tú y yo. Los dos nos estamos riendo de lo que ocurre, aunque seamos muy duros con los comentarios. Quiero adoptar ese rol desde la comodidad”, explicaba en ese sentido Argüelles a BLUPER, de cara al estreno del concurso.

Imagen de la primera entrega de 'El rival más débil'.

Imagen de la primera entrega de 'El rival más débil'.

Y, lo cierto, es que el programa pedía otra cosa. Faltar al concursante, darle caña, reírse de sus fallos, meter el dedo en la llaga mientras se mantiene cara de póquer. Luján quiso apostar por imprimir su propio sello al formato, e igual la audiencia no conectó con el tema tal como podría haberlo hecho.

Por otro lado está el tema de los concursantes, famosos todos, popularísimos. Peleaban por un premio en metálico que donarían a una organización benéfica, y ahí es donde, quizá, también cojeaba el asunto. Muchos de ellos participan muy relajados, sin competitividad, como si les diese igual que los echaran o no.

El mayor ejemplo lo vimos en la entrega de los humoristas. Esty Quesada, Soy Una Pringada, optó por responder “Michael Jackson” a todo lo que Luján le preguntase, aunque ello supusiese dejar las arcas vacías. ¿Podía tener gracia? Allá cada quien con su estilo de humor. Pero dejaba claro que ella no iba a concursar, sino a hacer el ganso.

Ese problema de famosos poco competitivos los hemos visto en otras ocasiones en programas que sí que requieren pelear con uñas y dientes. Como, por ejemplo, Traitors; la edición de anónimos ha sido muy superior a la de famosos, pues muchos era evidente que les daba igual continuar o no en el juego. En el caso de El rival más débil, el famoso no va a ver un duro, se va a ir a su casa igual, con las manos vacías (sin contar el caché que cobrase), haya llegado a la final y arrasado en la última ronda o hayan caído eliminados a la primera vuelta.

En la entrega de este 14 de agosto, El rival más débil dedicará su noche a periodistas. Y allí veremos a Samanta Villar, César Muñoz, Flora González, Irene Junquera, Mayka Navarro, Juan Ramón Lucas, Nacho Medina y Jesús Álvarez Cervantes respondiendo cuestiones varias de cultura general y metiendo dinero en la banca. Eso si nadie invoca a Michael Jackson.