Este martes, en Espejo Público han contado con la visita de Pau Brunet. Se trata de un niño autista, que se ha hecho viral en las redes sociales por su forma de explicar este trastorno del desarrollo con el que vive. “No soy raro, solo soy autista”, sentenciaba el joven, natural de Barcelona.

De esta manera, Susanna Griso se ha encargado de realizarle una serie de preguntas para que se conozca mejor su historia, así como la de otras personas en su misma situación. Pau, en ese sentido, ha dejado claro que ser autista es “una condición de vida”, y que le provoca que, en ocasiones, no le comprendan. “Yo soy diferente a muchos autistas. Cada autista es diferente”, le exponía a la comunicadora, y dejando claro que su autismo es del nivel 1, uno de los más leves.

Una de las dificultades que le provoca el autismo es que no pueda “pillar” el sarcasmo, así como las bromas, o las frases con doble significado. “Creo que lo que dicen es de verdad y que no es mentira”, le afirmaba a Susanna, que se animó a preguntarle por su forma de percibir el sonido: “He oído que escuchas 5 veces más fuerte que una persona normal”, introducía. Sin embargo, esa forma de plantear el asunto ha echado para atrás a Pau. “No me gusta la palabra normal porque eso significa que yo no soy normal”, le frenaba el invitado.

[‘Espejo Público’ rescata del ostracismo a Toni Cantó para que reivindique “los gobiernos de derechas”]

La presentadora del matinal de Antena 3 asumió su error al momento. “Es verdad, está fatal, descartada. Tienes toda la razón”, decía entonces Griso. Pau aprovechó entonces para hablar de cómo los niños autistas son normales, y que a pesar de ser “diferentes, no significa que no podamos hacer el resto de cosas. Yo puedo hacer todo lo que el resto de personas hacen”.

Susanna se volvía a disculpar con el joven invitado, y le pedía que borrase la palabra normal. “Lo escribiré cien veces en la pizarra, mal dicho por mi parte”, se comprometía la catalana para no volver a cometer la misma equivocación.

En el resto de la charla, y en recepción a su oído, admitió que le gusta disfrutar de la música alta, pero no lleva nada bien los gritos. Y también puso sobre la mesa las dificultades que tiene en el colegio, pues en ocasiones se ha sentido excluido por el grupo, aunque también se siente comprendido por sus compañeros.