Al inicio de la tarde, Sálvame cebó la presencia de una persona muy famosa que estaba pasando por un bache económico y personal. Como en otras ocasiones, esa celebridad permaneció oculta y solo se podía escuchar su voz y apreciar su silueta, y de ella daban pistas como que era alguien de quien todo el mundo tiene buenas palabras. Finalmente, resultó ser Tatiana Delgado, una bailarina erótica que se hizo muy popular en televisión a raíz de su participación en Supervivientes 2011.

Así, Tatiana contó, primero tras un panel, y luego ya en plató, que lleva un año y medio de “mala suerte seguida”. “Yo soy una persona súper espiritual, ya lo dije la última vez que estuve aquí, y yo digo: a mí me han hecho algo malo, algo peor, algo que no es normal. Yo no he hecho nada a nadie para merecerme tanto castigo”, relataba.

Así, Delgado, que quedó tercera en Supervivientes tras Rosi Arcas y la ganadora Rosa Benito, contó cómo durante la pandemia del coronavirus, al no poder bailar ni ofrecer shows, estuvo cosiendo y vendiendo ropa que ella hacía, “y con eso sobreviví”. Y dispuesta a dejar el mundo del espectáculo, comenzó a formarse en un grado superior de medicina estética, en lo que invirtió mucho dinero, tanto en formación como en aparatología. Regresó a Madrid, donde tenía un piso pero que había alquilado, y no pudo recuperarlo, lo que le llevó a tener problemas con el inquilino, que cambió la llave y le bloqueó del teléfono. Tras esto, regresó a Barcelona con su familia.

[La Fábrica de la Tele inicia un ERE para los trabajadores de ‘Sálvame’, ‘Deluxe’ y ‘Focus’]

Fue en la ciudad condal donde sufrió un episodio de violencia que le dejó secuelas físicas. “Me fui a dar un paseo con los perritos a la playa a desconectar por la tarde y un grupo de personas empezaron a meterse conmigo, con mi físico. Porque la gente se cree que te conoce porque me han visto dos veces en la tele, y empezaron con el cachondeo de que sí se creía Paris Hilton y la llamaron “travelo”, insulto tránsfobo. Ella terminó encarándose con una persona, pero como era un grupo la agredieron entre varios. “Me dejaron desnuda, sin ropa, vino la policía”, apuntó. “En Barcelona hay algo bastante malo, y es que es la ley del más fuerte, hacen lo que les dan la gana”, narraba, detallando que todo sucedió en la Barceloneta. Le dieron dos patadas en el glúteo muy fuertes que provocó “como unos bultos negros”, que terminaron siendo una infección grave, y tuvo que pasar varias semanas en cama. Además, no recibió un buen trato médico en la sanidad pública y tuvo que recurrir a un tratamiento privado que le supuso un gran desembolso.

“Estuve a punto de decir adiós. Tenía unos pensamientos superoscuros y toqué fondo”, continuó. Para su suerte, Tatiana contó con el apoyo de su familia, que le ayudaron a levantar cabeza, y aprovechó el tiempo para dibujar y escribir, y así, avanzó que ha “escrito un libro que sale el mes que viene” que va “sobre la historia de mi vida”.