Lolita Banana en ‘Drag Race Francia’

Lolita Banana en ‘Drag Race Francia’

Bluper TELEVISIÓN

La sombra de la xenofobia sobrevuela sobre ‘Drag Race Francia’

Las redes han señalado la discriminación del concurso hacia la reina mexicana Lolita Banana, quien lleva 12 años viviendo en el país galo.

7 agosto, 2022 00:31

*Atención. Este artículo contiene spoilers.

En Francia estrenaron el pasado 25 de junio su primera edición de la franquicia Drag Race. Presentado por Nicky Doll, exconcursante de la versión estadounidense, Drag Race Francia recibió a 10 participantes, entre las que se encontraba la reina mexicana Lolita Banana, quien lleva 12 años viviendo en el país galo.

Desde un primer momento, Lolita comenzó a ser señalada por sus compañeras por no encajar en los estándares de las demás drags. Su acento suponía una barrera para muchas, y también, su falta de cultura popular francesa. Y es que Lolita, de 36 años, presume constantemente de sus raíces mexicanas, y ha llevado las mismas al drag cada vez que ha tenido ocasión, empezando por aquella pasarela en la que homenajeó a Frida Khalo.

Para sus compañeras, Lolita era un perro verde, con la que no terminaban de encajar. La propia Banana reconoció en algunos momentos que le cuesta abrirse a aquellos que están a su alrededor, pero las demás no se lo ponían fácil, y muchos usuarios en las redes sociales comenzaron a hablar de xenofobia, esto es, odio a los extranjeros, en la edición del programa.

Lolita Banana ha sido una reina muy feroz, ha dejado un gran concurso, pero la victoria se le resistía una y otra vez. El programa decidía premiar a compañeras como Soa Muse, Paloma o La Grande Damme que encajan en unos estándares más populares, pues todas parecen modelos y divas, mientras que Lolita es una guerra del escenario. Solo logró un mini reto, aunque podía haber sido elegida la mejor de la semana en varias ocasiones. No parecía querida por sus compañeras, pero tampoco por el jurado.

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Esta semana tuvo lugar el episodio del make-over, esto es, la prueba en la que las concursantes transforman en drag, con cierto parecido de parentesco, a otra persona. En esta ocasión se optó por amigos y familiares de las reinas, y Lolita recibió la visita de otro amigo mexicano, bailarín de profesión, heterosexual y padre de familia. Banana hizo un trabajo espectacular, el parecido era sobresaliente, y ambas rindieron homenaje a su cultura con trajes mexicanos, de los que salían pétalos de flores.

A la hora de la valoración, el jurado, sin embargo, fue muy duro con Lolita. El polifacético Kiddy Smile, que es cantante, actor, bailarín y mil cosas más, le reprochó que explote su perfil de “la latina, México y todo eso. Me encantan todas las historias que cuentas, pero podías empezar a contarnos la historia de tu fusión con Francia y tus orígenes”.

Eso hizo saltar todas las alarmas. ¿En serio se está pidiendo a una artista que renuncie a sus raíces y que adopte la cultura del país que vive? ¿Qué forma de nacionalismo mal entendido es ese? En Drag Race siempre nos han vendido en cuento de que la autenticidad es esencial para ser una buena drag, pero a Lolita le han pedido que sea más francesa, no sabemos con qué intención.

A lo largo de toda la herstory del formato, muchas han sido las concursantes foráneas que han participado en otro país. Choriza May, valenciana, participó en Reino Unido. La propia Nicky Doll concursó en Estados Unidos y tuvo barreras idiomáticas que parece haber olvidado ya, y en Holanda participó la peruana Envy Perú, que ganó su edición. Y esta última en todo momento fue presumiendo de sus raíces y nunca le pidieron que fuese más holandesa, ni nada por el estilo. Es más, en esa misma prueba del make over convirtió a su madre en drag, con referencias al país natal de ambas, y resultaron ganadoras.

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A veces, las concursantes extranjeras se han sentido incómodas cuando no se han entendido sus referencias. Como la vez que Inti, en Drag Race España, decidió abandonar tras recibir críticas en su look inspirado en la Diablada boliviana. Pero en aquel entonces los jueces le pidieron algo más, que elevase su propuesta, algo que no se puede comparar, ni de lejos, con el episodio francés.

Realmente, Lolita se merecía salvarse, o incluso ganar el episodio. Y he ahí que en un giro mágico, se anunció que la permanencia y la llegada al top 3 del concurso se decidiría en una batalla de lipsync, en la que Lolita, pese a hacer un gran desempeño, bailando, sincronizando labios, resultó la última eliminada.

Pronto en las redes comenzaron a leerse mensajes de que es la concursante más robada de toda la historia de la franquicia, y mira que entre ediciones corrientes, All Stars y versiones internacionales suman más cerca de una treintena. Se le ha castigado por ser ella misma, por no encajar en un perfil más francés. Una auténtica pena.