Bluper Aguántame las palomitas

'Encuentros inesperados', la charla de barra de bar de toda la vida

El nuevo programa de Mamen Mendizábal es la conversación de barra de bar con la que arreglar el mundo de siempre, pero en formato televisivo y con desconocidos célebres.

11 marzo, 2022 00:42

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El nuevo programa de Mámen Mendizábal en laSexta, Encuentros Inesperados, parece, a priori, una idea coqueta: cuatro personajes que no se conocen previamente, y que tienen posturas ideológicas dispares, se reúnen alrededor de una mesa para hablar civilizadamente sobre un tema. "La esencia del programa” adelantaba la presentadora en el programa El Intermedio justo antes de la emisión “es juntar a personas que no se conocen y poder hablar con paz y tranquilidad”. Así que preparo palomitas y abro una cerveza. Tenemos plan.

La primera entrega promete. Se reúnen en este salón de cartón piedra Mario Vaquerizo, Oriol Junqueras, Alberto San Juan y Ana Iris Simón para hablar de religión. Y si una columna en El País de esta última es capaz de liarla parda semana tras semana en redes, no espero menos de un programa completo.

Mario Vaquerizo me enamora desde el primer momento. Ya se intuye desde el principio que será quien levante el programa. Lo anticipa ese descacharrante primer encuentro con Oriol Junqueras en el que le suelta un “jo parlo catalá una miqueta” y el “y yo hablo un poco de español” con que le responde este, desconcertado aún por la reacción de Vaquerizo al verle.

Comienzan hablando de las particulares creencias de cada uno, tras un breve cuestionario que va del si rezan al si acuden a misa, pasando por si están casados por la iglesia o han tomado la comunión. Se enseñan fotos de la ceremonia entre risas, excepto Oriol Junqueras que no las ha llevado para evitar la tentación de mostrarlas. Mario Vaquerizo será quien protagonice el momento más emotivo al hablar de la muerte de su hermano.

La charla discurre sin mayor relevancia entre reflexiones, algunas interesantes, y anécdotas de unos y otros. La nota distendida será casi siempre de Vaquerizo, que a estas alturas se ha convertido en mi héroe. Sobre todo después de que después de que Mendizábal enseñe dos vídeos, uno de Fátima Báñez dando gracias a la Virgen del Rocío y otro del videoclip de C. Tangana en la catedral de Toledo, le haya soltado un espontáneo y nada condescendiente "tú es que estás muy polarizada, trabajas en laSexta”. Alberto San Juan le ha preguntado rápidamente si “laSexta” le “parece muy polarizada” a lo que él ha contestado con un desprejuiciado y rotundo “sí”.

Precisamente un poco antes mantenían Oriol Junqueras y él un interesantísimo intercambio de pareceres a propósito de lo que ha llamado Junqueras “la dictadura de lo políticamente correcto”. Ambos se mostraban en contra (“es un coñazo”, decía Vaquerizo) y Junqueras le comentaba con toda naturalidad que en la cárcel “un saludo habitual era salud y libertad”.

Ana Iris Simón y Alberto San Juan, por su parte y en otra habitación, hablaban sobre las redes sociales. El segundo admitía no tener “porque tengo cierta tendencia a la ansiedad, y creo que se me podría disparar” y manifestaba su temor a, debido a la inmediatez de la dinámica en ellas, poder escribir algo de lo que más tarde arrepentirse o reaccionar impulsivamente. La escritora reconocía leer lo que se decía de ella y, en muchas ocasiones, reírse: “Cuando te expones, puedes recibir”.

“¿Qué es tener fe?”, le preguntaba San Juan a Junqueras en un momento de la conversación. “Es una dimensión distinta que la razón” respondía este “y no hay un diálogo fácil porque dialogan en términos distintos. Es creer que hay algo o alguien que te acompañará en la aventura de vivir”. “Yo creo en el milagro de la vida”, admitía el actor.

Para finalizar, y jugando a “el buen pecador”, cada uno de ellos elegía su pecado capital: Ana iris Simón la soberbia, Mamen Mendizábal la gula, Alberto San Juan la pereza, Mario Vaquerizo la gula y Oriol Junqueras la pereza. Brindis (“brindar significa ofrecer a los dioses”, apuntaba Junqueras), imágenes del chat de WhatsApp del programa (impagable el mensaje del padre de Ana Iris Simón diciendo que eran unos frikis) y chimpún. Vamos, que hemos asistido a la charla de barra de bar de toda la vida, mucho más amable y reposada, claro, que el intercambio de pareceres (crispado, apresurado y polarizado), en redes.