Mi jardín y yo

En el jardín se experimentan los cinco sentidos: el olor de los aromas; el tacto de la práctica de la jardinería; el sonido del viento sobre las hojas, de los pájaros; el sabor de cuando lo hacemos comestible y, por supuesto, la vista. 

Adapta el diseño al desnivel del terreno. / Expo Chelsea

Las falsas apariencias... en mi jardín

¿Cuantas veces habrás oído la expresión de “eso no es un jardín, eso es un tiesto”? Bueno, pues hasta en un tiesto puedes hacer un jardín que deje mudo al impertinente de turno que te soltó esa gracia. No voy a negarte que cuanto más pequeño sea el espacio que tengas puede complicarse el reto, pero es cuestión de saber utilizar recursos visuales, de echar manos de trampantojos vegetales y de ser muy conscientes del tamaño de las plantas que debes poner y sobre todo del tamaño que adquieren esas plantas en edad adulta. Por mucho que te gusten los abedules, si tu jardín mide unos 40 ó 50 metros cuadrados como que no es lo más aconsejable. Pero sí que hay formas y maneras de hacer que ese jardín de adosado parezca más grande de lo que es en realidad.

Antes de nada tienes que pensar qué uso quieres darle realmente a tu jardín, si tienes niños pequeños realmente lo que necesitas es una especie diáfana para que jueguen, corran y tiren la pelota sin que te dé un infarto cada vez que la veas volar. En este caso, me temo que deberías esperar unos años a cerrarle la boca a nadie. Pero en cuanto pase la fase del sentido práctico ante todo te puedes poner manos a la obra. ¿Cómo? Pues planificando sobre papel primero las zonas que te gustaría tener, y quitándote de la cabeza el tener todo a la vista, crear un recorrido para llegar a cada zona le dará más sensación de profundidad.

Uno de los fallos más recurrentes en los jardines pequeños es o bien solarlo entero dejando un hueco en una esquina para plantar el árbol que acaba disfrutando el vecino porque ni siquiera has acertado en la esquina adecuada para que la sombra te de a ti y el suelo se convierte en una plancha japonesa recibiendo el sol todo el día y no hay quien esté en él, o bien llenarlo de césped que suele estar en pésimo estado porque todo el mundo hace el mismo recorrido hacia el árbol que no da sombra y crea un camino inútil o bien va hacia la pérgola que se come todo el jardín y no permite más usos.

Puedes crear la sombra generando un bosque de arbustos altos. / Expo Chelsea 2008

Un buen truco es realizar con cuerda el dibujo de las zonas que se podrían plantear en el suelo de tu jardín y aunque seas un máquina que dibuja a escala perfecta, te ayudará a ver si esa disposición merece la pena o no. Y ya sea de forma cuadrada o rectangular el terreno, atrévete a generar volúmenes diferentes a base de plantas y elementos arquitectónicos, plataformas de madera o de piedra que aporten movimiento y diferentes alturas, estanques de agua que darán un frescor y aspecto increíble a tu pequeño jardín.

La sombra puedes provocarla con arbolado medio (Malus, Lagerstroemias, Madroños, Lauros, Acacias...) que coloques donde realmente te vaya a hacer falta. Pon una sombrilla con el diámetro similar a la copa del árbol y estudia previamente donde daría la sombra y a la vez valorar si puedes colocar tres iguales dispuestos en triángulo, o crear un bosquecillo.

Incluye el agua a la vista en forma de fuentes o estanques. / Expo Chelsea

Si tu jardín es en pendiente, te facilitará mucho más juego, ya que puedes realizar una escalera que resultan muy decorativas aunque solo tenga tres escalones. O crear una bancada de obra aprovechando el desnivel. Y también puedes jugar poniendo espejos apoyados en alguna de las paredes o un muro medianero; de manera que ópticamente ganes en profundidad. Lo ideal sería ponerlo en la pared o valla del fondo pues reflejará todo lo que tiene delante y si lo colocas con cierta inclinación, en diagonal contra la pared en la que se apoye para que no te veas al acercarte, el efecto es sorprendente.

En los macizos de plantas que coloques para separar y ocultar los diferentes espacios o ambientes puedes utilizar flores de temporada como las bulbosas de otoño y de primavera, arbustos de porte mediano como Escallonias, Boj (Buxus sempervirens) , Abelias, Evonymus, Rosales de tipo rastrero o arbustivos si quieres con mayor altura.

Lilos como separadores de más volumen combinados con Durillos (Viburnum Tinus) que son de hoja perenne. Laurel, Photinia Red Robin o Aligustre que incluso puedes podar para que coja envergadura de arbolillo a modo de biombo vegetal. De las especies perennes decide entre unas tres variedades y pon el color y movimiento con las flores, pero la elección de plantas dependerá del estilo que quieras aplicar.

Formas sueltas contrastando con geométricas como el boj y las gramíneas. / Expo Chelsea

Si es el estilo inglés el que te gusta, pues mucha variedad, si el de estilo italiano más formal, con Boj y Coníferas y jugando con las formas geométricas, aunque no te olvides de añadir flores para que las abejas puedan alimentarse, el estilo mediterráneo lleno de rosales, de aromáticas, de gramíneas... Y si tu jardín es algo sombrío pon Alegrías, Fuchsias, Hortensias y Azaleas.

Si estás en zona de costa le podrás dar un aspecto más tropical con Sterlicias, helechos, Hibiscos... Ten en cuenta tu clima a la hora de elegir. Pero ten claro que puedes crear todo un vergel como puedes ver en las imágenes. Y si no te atreves a hacerlo sin ayuda profesional, piensa que tenemos paisajistas maravillosos que te darán muy buenas soluciones.