Recordatorios para los silenciosos

Recordatorios para los silenciosos

Recordatorio... España no es extrema... Las izquierdas interesadas sí

Hay espejos en España que día a día se van agrietando por la sospecha de estar reflejando las vergüenzas, las mentiras, los Judas del siglo XXI, los intereses partidistas...

¡Espejos haya!, que otros, si tienen algo de moral, vendrán a defenestrarlos...

¿Dónde encontrar “Hombres de Estado”?... ¿Dónde ubicar “Intelectuales

independientes”?... ¿Dónde encontrar los “Levantamientos de las Reales

Academias”?... ¿Dónde poder leer la “Historia Real” de nuestro pasado?... ¿Dónde

abrazar “la concordia del olvido”?... ¿Dónde mirar para contemplar “esperanza sin

confrontación”?...

¡Gobierno conquistado con legalidad fraudulenta!... ¡Ministros teledirigidos por

ideologías selectivas!... ¡Partidos compradores de morales corrompidas!... ¿Es ésta la

herencia o legado de una generación que apostó por darse la mano por el bien de todos?

¡Advenedizos de litrinas intelectuales se regodean en el baño de la manipulación

informativa!... ¡El culto a la mediocridad de “Arco Iris” invade la sociedad!...

Ahora, hoy día, la moral la escriben con “F” de feminismo olvidándose que lo

importante es la “M” de mujer.

El “silencio” suicida de una sociedad cobarde hará que, a no tardar, España no será

tierra de acogida sino tierra dominada por... España no encontrará su templo de

esperanza sino los axiomas impuestos por los emigrantes... España atravesará el

desierto de la mediocridad moral... En España ya no seremos libres sino que la

“libertad teledirigida” por la izquierda intelectual interesada nos marcará los pasos como hacía aquel que ellos quieren desenterrar...

¡Recordatorios necesitaremos!, pero más que de santos y cumpleaños, de “Dignidad”.

¿Quién puede atreverse a presidir una “Comisión de la Verdad”?... ¿Los que

agazapados, con la mentira en las alforjas, ocuparon el poder?... ¿Los que reniegan,

por cobardía, de todo lo que habían dicho y condenado?...

¡Dios nos libre!... Sí, ¡Dios!... por lo menos no le vemos, ni le palpamos...