Míster “Sánchez”, madre caridad, reparte mentiras...

Zapatero Reuters Media España

Corría aquel funesto año en el que apareció en el panorama español un señor llamado

Zapatero.



Su programa era muy sencillo: restaurar una economía socialista, una memoria

histórica partidista y conseguir un 25% de parados.



Tenemos que decir la verdad, cumplió lo prometido: desarrolló una economía

negativa, resucitó los muertos de puño en el alto y arregló las aceras para bienestar de los que hacían cola en las oficinas de desempleo.



Vinieron otros alardeando de conseguidores y, a decir verdad, en parte lo

consiguieron: la economía se fue haciendo positiva, las colas en las oficinas del inem se redujeron, pero no fueron capaces de borrar una memoria histórica partidista y vengativa.

Aparecieron los corruptos: unos, conseguidores de “pasta”, otros, conseguidores

“políticos”. Todos ellos personajes hipócritas... de caretas en vez de cara.

La suerte de esos corruptos ha sido muy diferente: unos están en la cárcel, otros han

trasladado su sede a los despachos ministrables y, alguno, incluso, a los salones del

poder, la Moncloa.



La mentira, como arma y ariete de ataque, se ha apoderado de los conseguidores

políticos y aprovechando que el Pisuerga pasa por... han utilizado todo tipo de argucias

para ocupar el poder.



La argucia peor ha sido la contradicción moral, porque demuestra la falsedad interior,

la cobardía de los silenciosos y, sobre todo, el desprecio al voto personal y libre de los ciudadanos.



Nunca he creído ni en la derecha ni en la izquierda ni en el centro. Sólo he creído en mi conciencia respetuosa con la de todos los demás. Hoy, por desgracia, nos gobiernan con la cabeza “gacha” por la mezquindad de la mentira aprovechada.



¡Qué su “dios” indiferente les encuadre! ¡Los votantes inocentes, ya les tenemos

encuadrados! ¡Falsos!