Volar en una imitación china

El campo de la aeronáutica civil era un terreno vedado para ocurrencias o imitaciones del gigante asiático, hasta ayer.

Los chinos crean su avión de pasajeros propio, en una clara y precisa imitación de los aviones comerciales de pasajeros más populares, el 320 de Airbus y el 737 de Boeing. El duopolio mantenido por las compañía europea y la yanqui comienza a resquebrajarse por la entrada inminente del avión chino al mercado. Este aparato, visiblemente similar a los de las otras compañías, tiene una clara y evidente ventaja: su precio reducido en más de la mitad del precio de comercialización de los otros dos.

China, junto a otros países asiáticos, se ha convertido en la fábrica del mundo. Absolutamente todo se fabrica allí. Ello es producto de una fórmula contra la que ningún país desarrollado en derechos civiles puede competir:

Bajo Precio: explotación laboral x  régimen totalitario / derechos ciudadanos. (B: E x T /D.)

Muy hipócritas seríamos si obviáramos el hecho de que tanto las cosas que consideramos de calidad como las que no tienen alguna de sus partes o su todo fabricado en Asia. El made in Taiwán, China, Hong Kong, etc, se codifica en una cantidad inmensa de productos e incluso materias primas que, como muchísimo, se ensamblan en Europa o América.

Las bases actuales del capitalismo, fundadas en el consumismo que genera la obsolescencia programada y la compulsiva necesidad de poseer cuantos productos nos incrusta en el cerebro el marketing psicológico, nacen bajo el manto de una explotación humana que gustosos ofrecen países superpoblados y opacos en su gestión política. Pronto nos veremos surcando los cielos en el avión chino, espero que ello no genere un abaratamiento de costes en las otras compañías, pues lo bueno no suele ser barato.