El final de curso
Por Rafael Maria Molina Escondrillas
Los amantes del fútbol viven el final de curso con sensaciones encontradas. El desenlace de la temporada, con la celebración de las finales y las jornadas decisivas de la Liga, siempre es emocionante pero a la vez guarda un poso de amargura. Esto se acaba, piensan. Por delante quedarán meses de travesía por el desierto, con míseros partidos amistosos ante rivales de poca enjundia a la espera del comienzo de la Liga.
Ni siquiera el verano, la playa y las cenas en terrazas llenan el vacío de no ver rodar el balón. Entonces uno recuerda que este año hay Eurocopa y Copa América. Y además, entre el final de estos dos campeonatos y el comienzo de las ligas europeas, hay Juegos Olímpicos. Una sensación de optimismo le invade al aficionado por todo el cuerpo. No hay nada que temer. Este año no hay desierto.