La semana en clave cinéfila

Liberal Democrats/Flickr

Por Gerardo Gonzalo Pérez

Como no podía ser de otra manera, el resultado electoral y sus consecuencias centran la actualidad política, y no estaría mal que nuestros líderes, en esta mezcolanza de navidades y lucha por el poder que Mariano ha decidido hacer coincidir, pasaran un rato viendo una película, que podría ayudarles a decidirse sobre lo que deben de hacer en las próximas semanas.

El film se llama Coalition (Alex Holmes, 2015), y creo que el argumento les sonará. Elecciones generales británicas 2010, por primera vez en la historia, el bipartidismo (Laboristas/Conservadores) pierde su hegemonía ante el empuje de un tercer partido (Liberal Demócrats). Este partido (cuyo color distintivo, por cierto, es el naranja), justo antes de las votaciones era aupado por las encuestas a casi ganarlas, pero los resultados no son los esperados, aunque si suficientes para convertirle en socio necesario de uno de los grandes partidos, si quieren gobernar (a que les sigue sonando).

Con este planteamiento vemos a Nick Clegg, líder de los Liberales, que se debate entre hacer caso al pulso de sus votantes, provenientes muchos de ellos de los laboristas, y apoyar a un viejo líder Gordon Brown actual primer ministro, o volverse hacia los conservadores con menos predicamento en sus bases, pero con un líder (David Cameron) más joven y acorde a los nuevos tiempos.

Todo este backstage de negociaciones, reuniones, intrigas, etc es lo que nos describe un film, tan interesante como testimonio de un acontecimiento histórico reciente, como mediocre en su calidad cinematográfica.

El film termina con la decisión de Clegg de apoyar al partido conservador, en contra del criterio de importantes líderes del partido, y las consecuencias ya las conocemos. Dicho apoyo quedó condicionado a una serie de reformas como por ejemplo de la ley electoral para hacer más justo el reparto de escaños (a que también les suena), que los conservadores, como genuinos representantes de la vieja política, no cumplieron, creándose una imagen de los liberales como meros comparsas sin capacidad de influencia, que acabó relegándoles al ostracismo en las siguientes elecciones.

No digo más, claras las comparaciones, razonables las analogías .....¿Podrán repetirse sus consecuencias? Ten cuidado Rivera.