Jesús, el joven zaragozano que trabaja en el extranjero.

Jesús, el joven zaragozano que trabaja en el extranjero. Cedida.

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Un joven zaragozano que trabaja en el extranjero tajante: "En España mi experiencia fue una ruina, el sueldo es una miseria"

Jesús, un joven de 25 años de Zaragoza, trabaja en una escuela infantil de Irlanda y habla de su mala experiencia laboral en España.

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Zaragoza
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A menudo se critica que los jóvenes no quieren trabajar, sin embargo cada vez son más los españoles menores de 30 años que hacen las maletas y se buscan un empleo fuera de España. Es el caso de Jesús, un joven de 25 años, natural de Zaragoza, que desde hace meses trabaja en una escuela infantil de Cork, Irlanda.

El joven ha trabajado en España en el campo y en la hostelería, y de ambos sectores tiene malos recuerdos: "Mi experiencia fue una ruina, el sueldo es una miseria", comienza tajante hablando del mundo laboral de su país.

“En el campo ganaba 5 euros la hora plantando brócoli y coliflor. Estuve varios veranos y la verdad que es una barbaridad la explotación que es”, recuerda. Para él, la situación de los trabajadores agrícolas es insostenible: “El campo no descansa, es un 24/7. Mis jefes estaban ahí todo el día trabajando para luego cubrir simplemente gastos. No eran personas ricas que vieras con un Ferrari, eran gente humilde que sobrevivía y poco más”, asegura.

Jesús critica también las trabas burocráticas y la falta de sensibilidad política hacia el sector primario: “Les ponen muchas trabas a la hora de plantar, con temas ecológicos y demás. Seguro que el ministro de Agricultura ha estudiado Derecho, o sea que no tienen ni p*** idea y es el que pone las normas del campo. Por eso hay tantos incendios: no dejan trabajar al sector primario”, denuncia.

Su paso por la hostelería tampoco fue mejor. “Trabajé un verano entero sin librar ni un día. En agosto hice más de 300 horas, con jornadas de 10, 12 o incluso 14 horas diarias. Todo eso por unos 7 u 8 euros la hora”, recrimina.

Jesús, zaragozano en Cork (Irlanda).

Jesús, zaragozano en Cork (Irlanda). Cedida.

En otro empleo, asegura que lo despidieron “de un día para otro, sin explicaciones”, mientras que en otro bar muchas de las horas que hacía se las pagaban en negro: “Si mi jefa cotizaba todas las horas, no le daban las cuentas. Es imposible, les cobran tantos impuestos que al final todo se hace en negro. Y así es como se multiplica la explotación laboral”, asegura el zaragozano.

Jesús es graduado en magisterio, no ha ejercido en España, pero trabaja en una guardería de Irlanda. El joven considera que los problemas estructurales también afectan al sistema educativo español: “Cada gobierno que llega cambia la ley de educación. No puedes hacer un proyecto a largo plazo si a los cuatro años lo cambian todo. Necesitamos un pacto educativo y basarnos en el informe Delors, que marcaba los puntos clave de la educación”, señala.

En Irlanda, donde ahora reside, la situación es distinta en el ámbito educativo. Aunque Jesús no trabaja en colegios, destaca la diferencia salarial de los docentes: “Aquí los profesores están ganando mucho dinero, en torno a 50.000 o 55.000 euros al año en primaria. Allí en España es todo miseria”, acusa.

Para Jesús, el contraste entre ambos países es evidente: “En España lo único que encuentras son trabas para emprender, explotación en sectores clave y sueldos que no dan para vivir. Al final, muchos jóvenes no vemos otra salida que marcharnos”, termina.