El valle que pasa desapercibido en el Pirineo y es una auténtica joya

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El valle que pasa desapercibido en el Pirineo y es una auténtica joya con pozas y playas fluviales: no es Ordesa

Se encuentra a unas escasas dos horas en coche desde Zaragoza y tiene un paso ganadero con Francia que se remonta siglos atrás

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Lindando con el famoso Parque Nacional de Ordesa, se encuentra el precioso pero menos visitado Valle de Bujaruelo. Está en pleno corazón de los Pirineos, a tan sólo dos horas y veinte minutos de Zaragoza, por lo que es una alternativa perfecta para aquellos que buscan desligarse un poco de las rutas más 'mainstream' del Pirineo Aragonés.

Septiembre es uno de los mejores meses para visitarlo, la temperatura acompaña para hacer senderismo y todavía se está a tiempo de remojarse los pies en el río Ara o darse un pequeño chapuzón en alguna de las piscinas naturales de la zona.

Además de las rutas entre montañas, pozas y playas fluviales, otro de los principales atractivos del valle de Bujaruelo es su rica biodiversidad. La zona alberga especies tan únicas como el oso pardo, el urogallo, el quebrantahuesos, perdices o el desmán de los Pirineos (una especie de topo).

Gran parte del mérito lo tienen las buenas tareas de preservación que se han llevado a cabo en la zona. Y no es para menos, ya que este valle es Reserva de la Biosfera, Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Protección de las Aves.

Rutas por las pozas y playas fluviales del Valle de Bujaruelo

Una de las rutas más accesibles comienza en el puente románico de San Nicolás de Bujaruelo, del siglo XIII, y avanza por la orilla del río Ara hasta alcanzar la pradera de Laña Larga, donde es habitual ver vacas pastando. El recorrido está lleno de pequeñas playas fluviales y piscinas naturales cristalinas. Eso sí, el agua está helada, ya que baja directamente de las cumbres.

Más adelante, el camino muestra lugares de postal, como el puente colgante de Burguil o el salto del Pich, una cascada que esconde una poza perfecta para zambullirse en verano. Desde aquí, los caminantes pueden continuar hacia el Puente de Ordiso, uno de los rincones más salvajes del valle.

Asimismo, para los amantes de la ornitología, hay otra preciosa ruta de solo una hora y media. Comienza bordeando el río Ara, atravesando el Puente Románico de San Nicolás y regresando desde el otro lado del río tras pasar el Puente de Oncins. Es ideal si se va con niños pequeños.

Bujaruelo

Bujaruelo iStock

Dónde comer

Torla, considerado la puerta de entrada al valle de Ordesa y muy próximo a Bujaruelo, ofrece una amplia variedad de restaurantes ideales para hacer un parón en el día. Entre sus calles empedradas abundan mesones que sirven migas aragonesas, carnes a la brasa y platos de caza, todo acompañado de un ambiente montañés auténtico. Ejemplo de ello son La Cocinilla, El Duende o el restaurante Atalaya.

Igualmente recomendable es Broto, donde abundan las opciones. Desde el mítico Casa Joaquín, hasta restaurantes italianos como el Horno de Tea.

Cómo llegar al Valle de Bujaruelo

A dos horas exactas desde Zaragoza, dirección A-23, llegamos al Puente de los Navarros. Una vez allí, habrá que tomar una carretera que parte hacia la izquierda, siguiendo un camino de gravilla y estrecho que bordea el río Ara. Poco después habrá que atravesar el Puente de Santa Elena y seguir todo el camino hasta el refugio de Bujaruelo, donde hay un aparcamiento gratuito.

Una vez allí, solo queda elegir la ruta y disfrutar de los bellos paisajes que ofrecen los Pirineos.