El bar de Zaragoza que lleva 40 años vendiendo bocadillos: "He venido de Madrid para probarlos"

Si preguntas a cualquier universitario de Zaragoza dónde comer un buen bocadillo, la respuesta es casi unánime: el London.

Con cuarenta años de historia en plena zona universitaria, este bar se ha convertido en todo un clásico para varias generaciones de estudiantes.

Su fama se mantiene intacta, y sigue creciendo: en Google acumula cientos de valoraciones positivas y una sobresaliente puntuación de 4,5 sobre 5.

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El secreto de su éxito no tiene misterios: bocadillos de toda la vida, generosos, sabrosos y económicos. Tanto es así que su fama ha traspasado fronteras locales, atrayendo incluso a visitantes desde otras ciudades.

Uno de ellos ha sido Alfonso Ortega, más conocido como Cocituber, un popular creador de contenido gastronómico que cuenta con más de 800.000 seguidores entre TikTok e Instagram.

Cocituber, el influencer en la barra de su restaurante de Vallecas. Mar León

Famoso por recorrer España recomendando bares y restaurantes de barrio, Alfonso recibió numerosas sugerencias de sus seguidores para visitar el London.

Y así lo hizo. En abril, viajó 'de propio' desde Madrid a Zaragoza para comprobar por sí mismo por qué este bar es tan querido entre los estudiantes.

Durante su visita, no solo degustó algunas de las especialidades del local, sino que también conversó con el dueño para conocer de cerca la historia y el alma del establecimiento. Su ruta gastronómica comenzó con una ración de las míticas ‘Patatas London’, servidas con mayonesa y un toque de pimentón picante. “Para antes de salir de fiesta, es lo mejor que tienen”, le aseguró un joven cliente.

Pero el momento cumbre llegó, evidentemente, con los bocadillos. Ortega eligió dos de los más demandados: uno de pechuga con queso, huevo, rúcula y mayonesa, y otro de pechuga con queso, huevo y jamón serrano. “Oye, que está muy bueno y está tirado de precio”, comentó sorprendido, mostrando incluso el ticket: 5,35 € por el primero y 5,70 € por el segundo.

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En los comentarios de su vídeo, muchos de sus seguidores celebraron el descubrimiento: “El London es una institución. Gracias por enseñarnos sitios tan auténticos y ayudar a que se mantengan”, escribió uno de ellos.

Con clientes fieles, sabor casero y precios asequibles, el Bar London sigue siendo mucho más que un lugar para comer: es un punto de encuentro, una tradición universitaria y ahora también, una parada obligatoria para los amantes de la gastronomía popular.