La ciudad de Zaragoza, desde arriba. Turismo Zaragoza Zaragoza
National Geografic descubre esta curiosidad de Zaragoza que es un secreto a voces: "Un caso excepcional en España"
Todos los zaragozanos saben que la ciudad destaca en este asunto, pero al resto de España le llama mucho la atención.
Más información: Ya hay fecha para el inicio de las obras de rehabilitación de dos de las torres de la Basílica del Pilar de Zaragoza
En España hay 88 catedrales, que se encuentran repartidas por todo el territorio nacional y son una parte esencial del patrimonio histórico, artístico y cultural del país. Además de las catedrales propiamente dichas, también existen 15 concatedrales (iglesias que comparten la función catedralicia en una diócesis) y algunas pro-catedrales, que son iglesias que han desempeñado temporalmente las funciones de una catedral.
Entre las 88 catedrales que hay repartidas por toda España, dos se encuentran en la misma ciudad. Y National Geographic publicó un artículo hablando de esta curiosidad. Un secreto a voces en la ciudad de Zaragoza.
La coexistencia de dos catedrales activas en una misma ciudad es una rareza arquitectónica y refleja los siglos de historia religiosa y cultural de la capital aragonesa. La Catedral del Salvador, más conocida como La Seo, y la Basílica del Pilar son los dos emblemas arquitectónicos que dan a Zaragoza el título de 'única ciudad con dos catedrales en activo' y que los zaragozanos llevan a gala.
La historia detrás de las dos catedrales
La Seo, erigida en 1118 tras la reconquista de Zaragoza, fue la primera catedral cristiana de la ciudad. Este majestuoso edificio se levanta sobre los restos de la mezquita aljama de la antigua Saraqusta musulmana, lo que le otorga un marcado carácter mudéjar, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Por otro lado, la Basílica del Pilar, cuya estructura principal data del siglo XVII, se construyó sobre un templo anterior de los primeros años del cristianismo, que conmemoraba la Venida de la Virgen María a la ciudad según la leyenda dejó una columna o pilar, sobre la que se construyó la primera capilla. Este hecho convierte al templo en un importante destino de peregrinación. La Basílica del Pilar es también un icono del barroco español y hogar de valiosas obras de arte, incluidas pinturas de Francisco de Goya, natural de la región.
Durante siglos, ambas catedrales disputaron la sede episcopal, hasta que en 1676 el papa Clemente X promulgó la Bula de Unión, declarando a ambos templos como catedrales oficiales y estableciendo un cabildo único para gestionarlas. Esta decisión, lejos de dividir, reforzó el simbolismo de unidad que caracteriza a Zaragoza.
Cada 1 de abril, las dos catedrales protagonizan una ceremonia singular: el cabildo cambia su residencia de una a otra, simbolizando la igualdad entre ambas. Este evento refleja no solo la riqueza patrimonial de la ciudad, sino también su capacidad para preservar tradiciones centenarias.
Un destino turístico de primer nivel
La presencia de dos catedrales activas convierte a Zaragoza en un destino único, pero no es el único motivo para visitarla. La ciudad ofrece una amplia variedad de atracciones turísticas que combinan historia, cultura y gastronomía.
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El Palacio de la Aljafería: Este impresionante edificio, ejemplo del arte islámico, fue construido en el siglo XI como residencia de recreo de los reyes taifas. Posteriormente, se convirtió en palacio de los Reyes Católicos y hoy alberga las Cortes de Aragón. Su mezcla de estilos arquitectónicos y su historia lo convierten en una visita imprescindible.
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El Puente de Piedra: Con una longitud de 225 metros y 7 arcadas, una de ellas enterrada bajo el Paseo Echegaray, el Puente de Piedra es el puente más antiguo de Zaragoza que cruza el Ebro. Sus orígenes se remontan a la fundación de Caesaraugusta, en el siglo I ya hay constancia de la existencia de un puente hecho de piedra, que daba acceso a una de las puertas principales de entrada a la ciudad. El puente que vemos actualmente es del siglo XV, inició su construcción en 1401 y se inauguró en 1440.
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El Casco Antiguo: Pasear por las calles del casco antiguo de Zaragoza es como retroceder en el tiempo. Desde la Plaza del Pilar hasta la Calle Alfonso I, la ciudad combina monumentos históricos con animadas terrazas y comercios. Por ejemplo, el Mercado Central, un edificio modernista ideal para degustar productos locales.
La cocina de Zaragoza es otro de sus grandes atractivos. Los turistas pueden disfrutar de platos típicos como el ternasco de Aragón, las migas o los dulces típicos de la región, desde la trenza de Almudévar hasta las frutas escarchadas. La ciudad también es famosa por su ruta de tapas en el Tubo, un entramado de callejuelas repletas de bares.
Aunque a menudo queda a la sombra de otras grandes capitales españolas, Zaragoza tiene un encanto especial que cautiva a quienes la visitan. Además de sus dos catedrales, la ciudad destaca por su hospitalidad, su excelente conexión ferroviaria con Madrid y Barcelona, y su capacidad para ofrecer experiencias únicas.