Cristian Aventín, portavoz de la Policía Nacional en Zaragoza. E. E.
Detenido en Zaragoza por tomarse la Justicia por su cuenta para reclamar tres meses de alquiler a su inquilina
La Policía Nacional insta a seguir los cauces legales y denunciar en casos como este o supuestos de okupación.
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La Policía Nacional ha detenido al propietario de una vivienda de Zaragoza por tratar de tomarse la justicia por su mano para reclamar el alquiler a su inquilina.
Los hechos ocurrieron este lunes 4 de agosto. En torno a las 10.30, el 091 recibió la llamada de una mujer alertando de que el propietario de la vivienda en la que residía se había presentado y había utilizado sus propias llaves para acceder al interior sin permiso.
Su objetivo era reclamarle los tres meses de alquiler que le debía. Como consecuencia, la mujer llamó a la Policía, que detuvo al dueño por un delito de allanamiento de morada al acceder sin autorización y por la realización arbitraria del propio derecho. “Este delito se consuma en el momento en el que una persona quiere tomarse la justicia por su mano y decide no hacerlo mediante el cauce judicial legal. Lo que tendría que haber hecho es denunciar el impago del alquiler”, cuenta Cristian Aventín, portavoz de la Policía Nacional en Zaragoza.
En ese caso hubiera sido la autoridad competente la que hubiera tomado medidas. “El desconocimiento de la norma no implica que no haya que cumplirla. Aunque luego diga que no sabía, ya está cometido el ilícito y tendrá que responder por él mismo”, avanza.
Este, en todo caso, no es el único hecho delictivo que se da cuando se quieren hacer las cosas al margen de la ley.
“Es común, por ejemplo, en viviendas en las que hay varias habitaciones alquiladas. Cuando una persona accede a la de otra y no tiene permiso para hacerlo, está cometiendo un ilícito penal, que es el allanamiento de morada, y que está contemplado con incluso penas de prisión”, señala Aventín.
También es común encontrarse de vez en cuando con coacciones. “Esto se da, sobre todo, en viviendas que han sido okupadas cuando el propietario decide cambiar la cerradura en el momento en el que estas personas han salido. Lo que se tiene que hacer es denunciar y que sea la autoridad quien desaloje ese domicilio”, indican desde Policía.
Algo parecido ocurre con las familias que se rompen. “En el momento en el que una de las dos partes abandona el hogar, la otra aprovecha para cambiar la cerradura. No está dejando acceder a su domicilio, no lo está haciendo por los cauces que debería hacerlo, que sería a través de un juzgado, y está cometiendo un ilícito de coacciones, que también están contempladas en el Código Penal”, completa el portavoz.