Ismael (Jefe de Oficina de Denuncias), Rubén y Kike (agentes de UPR)

Ismael (Jefe de Oficina de Denuncias), Rubén y Kike (agentes de UPR) CNP

Sucesos

Ismael, Rubén y Kike, los policías que han salvado la vida de un bebé de un año en Zaragoza: "El niño estaba gris"

Los padres acudieron corriendo a la Comisaría del Actur para pedir auxilio por su hijo que no respiraba y convulsionaba.

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Zaragoza
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Tensión y angustia fue lo que se vivió el pasado martes en una comisaría de Zaragoza. Finalizaba la tarde para los agentes de Policía Nacional cuando se vivieron momentos preocupantes cuando un hombre se presentó corriendo con su bebé en brazos pidiendo auxilio. La rápida intervención de tres agentes consiguió salvar la vida del niño que apenas rozaba el año de edad.

"Nos estábamos yendo cuando entró un señor con un crío de un año y vinimos corriendo", comienza su relato Kike, agente de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR). A lo que continúa: "Nos encontramos al bebé de color gris casi no respiraba, la temperatura alta, semiinconsciente", relata los primeros momentos de la difícil intervención.

Como bien recuerda de ese episodio, el padre no paraba de repetir "que no sabía lo que pasaba" y un dato que resultó ser de vital importancia y es que el bebé padecía de problemas de corazón.

Ante esta situación, Kike no dudó y llamó a la central del 091 para solicitar una ambulancia. Mientras tanto, su compañero de la UPR Rubén intentaba reanimar al pequeño: "Intentamos tomar medidas, pero que no se le hiciera daño", explica.

Así se salvó la vida de un bebé de un año en Zaragoza María González

Del mismo modo, también centraron sus preocupaciones en los padres ante la angustia que presentaban: "Fue caótico, la madre estaba muy nerviosa, los agentes intentaron calmarla y ponerles la situación lo más fácil para ellos", expresa Ismael, jefe de la Oficina de Denuncias de la Comisaria del Actur, que también intervino para salvar al bebé.

"Cuando llegué intentamos reanimarle porque estaba convulsionando, hacía gestos complicados", relata. Además, continuaron examinando a ver qué es lo que podía estar ocurriendo: "Habíamos mirado las vías por si tenía algo, no era normal porque tenía mucha falta de respiración y como convulsionaba", cuenta sobre los angustiosos momentos.

Para los propios agentes tampoco resultó fácil: "Te asustas. Los tres somos padres, imaginaros la situación", comenta.

De esta manera, siguieron con la intervención ante las convulsiones constantes del niño: "De buenas a primeras dejó de moverse, se quedó totalmente paralizado", recuerda Ismael.

El bebé llegó a perder completamente el conocimiento, lo que obligó a los agentes a aplicar nuevas técnicas de estimulación para intentar recuperar su respuesta. Tras varios minutos de intensa actuación, el menor comenzó a respirar por sí solo.

Pocos instantes después se presentó en el lugar una ambulancia del 061, cuyos sanitarios procedieron a estabilizar al niño antes de trasladarlo al Hospital Infantil Miguel Servet, donde fue atendido de urgencia.

A pesar de los angustiosos momentos, se puede decir que ha habido un final feliz ya que tras pasar varias horas en observación, el niño recibió el alta médica.

Sus padres, profundamente agradecidos, no dudaron en reconocer la rápida y humana actuación de la Policía Nacional. El padre explicó que, al ver a su hijo comenzar a convulsionar en la calle, corrió directamente hacia la comisaría buscando ayuda: "Sabía que allí podrían salvarle la vida, y así fue".