José Luis Montero, alcalde de Villamayor de Gállego, atiende a EL ESPAÑOL DE ARAGÓN en su despacho

José Luis Montero, alcalde de Villamayor de Gállego, atiende a EL ESPAÑOL DE ARAGÓN en su despacho E. E.

Economía

José Luis, el alcalde de 3.000 vecinos agraciado con el 'Gordo' del centro de datos de Bill Gates: "Podremos triplicar ingresos"

Zaragoza
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Durante décadas, Villamayor de Gállego fue un pequeño barrio rural más del término municipal de Zaragoza, un núcleo agrícola que vivía marcado por la cercanía de la capital y por una identidad a medio camino entre el campo y la ciudad. Aquella dependencia administrativa limitaba su capacidad de gestión y de inversión local, pero la aspiración a decidir sobre su propio desarrollo fue ganando fuerza entre los vecinos con el paso de los años.

Finalmente, en 2006, tras un largo proceso de reclamaciones y resoluciones judiciales, Villamayor consiguió su independencia municipal, convirtiéndose en uno de los ayuntamientos más jóvenes de Aragón.

Esa autonomía, que aún sigue generando división entre los vecinos, ha adquirido en los últimos años un nuevo sentido. Los anuncios recientes de grandes proyectos empresariales, entre ellos varios centros de datos y la inversión del Grupo Costa, han situado a esta localidad en el mapa de la transformación económica del área metropolitana de Zaragoza.

Los ingresos municipales, la gestión del suelo y la planificación urbanística se perfilan ahora como los grandes retos de un ayuntamiento que pasó de ser un barrio agrícola a un enclave estratégico para la industria tecnológica.

Terrenos de Villamayor de Gállego donde se instalará el centro de datos de Microsoft

Terrenos de Villamayor de Gállego donde se instalará el centro de datos de Microsoft E. E.

Según la documentación presentada por Microsoft, Villamayor de Gállego percibirá unos 55.000 euros anuales por el IBI y el IAE, si bien no será hasta dentro de cuatro o cinco años cuando empiecen a recibir esos ingresos. Unas cantidades que, en todo caso, su alcalde, José Luis Montero, aspira a multiplicar cuando esté plenamente en funcionamiento.

“Todavía no podemos comparar un IBI de un centro de datos y la valoración económica que tiene, pero supongo que será bastante más. A lo mejor puede llegar a que tengan que pagar de IBI uno o dos millones, y lo mismo del IAE”, desea Montero.

De llegar a estos baremos, supondría un espaldarazo importante a un Ayuntamiento que tiene un presupuesto anual de 6 millones de euros. Porque a ello se le sumaría lo que reciban de IRPF o IVA, más las cesiones de suelos obligatorias por ley a cada localidad, que alcanza un 5% de los terrenos y que se valora en otros 6 millones de euros.

“Cuando estén todos los proyectos desarrollados, y si hay alguno más que vendrán por inercia por la atracción que estas empresas tienen, supongo que los presupuestos se podrán doblar o triplicar”, confía Montero.

En el caso del macroproyecto de Costa, la compañía aragonesa va a destinar casi 900 millones de euros a la construcción del que será uno de los referentes de la industria agroalimentaria. Ahí se generarán hasta 5.300 puestos de trabajo, y se prevé que el impacto a las arcas municipales supere los 1,7 millones de euros, de los que 798.000 serían por IBI y 780.000 del IAE.

El “arma maléfica” de los PIGA

No obstante, el rédito económico que podría llegar directamente a los ayuntamientos podría ser todavía mayor. Una de las claves de Aragón para atraer semejantes inversiones es la tramitación a través de los PIGA (Proyectos de Interés General), que reducen los tiempos administrativos y exime a las empresas del pago del ICIO (Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras).

En concreto, el ICIO grava el 3,8% del coste de ejecución de las obras, que, en el caso del centro de datos de Microsoft en Villamayor, asciende a 1.733 millones de euros. Es decir, según los cálculos del Ayuntamiento, y descontando algunas bonificaciones, podría haber supuesto alrededor de 40 millones de euros que serán eximidos a Microsoft, casi siete veces el presupuesto municipal de un año.

“Yo creo que habría que darle una vuelta a los PIGA. O es así, pero hay unas contraprestaciones por parte del gobierno y de las empresas, compensando esos niveles económicos que deja de percibir el ayuntamiento. Al final, no es que los hayamos llamado nosotros, es que han venido ellos”, comenta.

Dudas entre los vecinos

Microsoft tiene previsto desplazarse en el próximo mes y medio a las localidades donde se instalarán sus centros de datos para informar sobre su proyecto. Porque lo cierto es que, entre los vecinos, todavía quedan muchas cuestiones sin resolver.

Carlos lleva 46 años viviendo en Villamayor de Gállego y no duda de que los centros de datos son necesarios para el mundo hiperconectado del siglo XXI, pero teme que provoque un gran impacto energético e hídrico en el pueblo. “Entiendo que son necesarios, pero hace falta mucha energía y agua. Soy amante de la naturaleza y mi duda está en el agua. No podemos dejar de lado a la tecnología. Sería hipócrita necesitar esos servicios, pero que no me toquen lo mío”, cuenta.

En la misma línea, Inma también ve claroscuros en este ‘boom’ de megainversiones, esperando que no se traduzca en la masificación de su pueblo. “No hay mucha vivienda, pero da un poco de miedo que cambie el espíritu de un pueblo. Puede venir gente, pero no sé si tanta multitud como se espera”, dice.

Microsoft, también en La Muela

Otra de las localidades elegidas por Microsoft para ubicar su ‘Región Cloud’ es La Muela, a unos 25 kilómetros de Zaragoza, e importante eje industrial y logístico por su proximidad a la autopista A-2. La documentación del gigante estadounidense cifra el IBI y el IAE en 106.000 euros anuales, aunque su alcalde, Adrián Tello, confía en que abonen una mayor cantidad, además de generar un efecto llamada a otras empresas.

En su caso, además, ya han recibido 5,3 millones de euros por la venta de suelo, y se calculan otros 10 millones por la cesión obligatoria del 5% del suelo, una de las condiciones de los PIGA para compensar la exención del ICIO.

El presupuesto de La Muela oscila entre los 12 y 13 millones de euros y, aunque prefieren ir paso a paso, ya hacen algunas primeras cuentas. “Hay bastantes obras urbanísticas de todo lo que pasó en La Muela que quedan por hacer, pero alrededor de Microsoft se generará un efecto llamada bastante considerable”, señala Tello.

El caso de Calatorao

Un impacto económico que se verá también en el resto de municipios aragoneses que van a acoger centros de datos. Es el caso de Calatorao, en Zaragoza, en donde se calcula que el fondo americano Blackstone pagará cada año alrededor de 750.000 euros entre IBI e IAE, a un ayuntamiento con unos tres millones de euros de presupuesto.

Ello supondrá, en palabras de su alcalde, David Felipe, un “salto cualitativo importante”, con el que esperan abordar las inversiones previstas en los próximos años.

En concreto, en Calatorao quieren arreglar y mejorar los sistemas de tuberías y canalizaciones, avanzar “poco a poco” en la mejora del Castillo Palacio de Doña Urraca o la construcción de una residencia de ancianos, con una inversión de 11 millones de euros. “Cuando llegue el millón y pico, será más fácil. Ahora hay que hacer muchas cábalas”, expone Felipe.

La huella fiscal

Otra decena de localidades aragonesas también tienen anunciado un centro de datos, si bien solo Amazon Web Services tiene completa la tramitación para su gran ampliación por 15.700 millones de euros. Esta red se extenderá por Villanueva de Gállego, El Burgo de Ebro y Huesca, que ya tienen tres centros en funcionamiento, más Zaragoza. En total, AWS prevé abonar cada año cerca de 750.000 euros a los ayuntamientos.

Con la documentación que consta a día de hoy, entre AWS, Microsoft y Blackstone calculan que dejarán una huella fiscal superior a los 2,1 millones de euros anuales a las arcas municipales, aunque los propios ayuntamientos confían en que esta cantidad pueda multiplicarse cuando las instalaciones estén a pleno rendimiento.