Granja de aves antes de las restricciones

Granja de aves antes de las restricciones

Economía

La gripe aviar deja más de 500 aves muertas en Zaragoza, pero sin entrar en granjas: "Nos preocupa y ocupa"

El Departamento de Agricultura ha reunido a los representantes del sector ante la amenaza que supondría la entrada de gripe aviar en una explotación.

Los expertos dejan claro que los productos de una granja contaminada nunca llegarían al consumo humano.

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Zaragoza
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La gripe aviar sigue dejando su huella en Aragón desde que se confirmaron los primeros casos a comienzos de la pasada semana. Este virus ya ha afectado a unas 500 grullas que han aparecido muertas en el entorno de la laguna de Gallocanta, si bien todavía no ha entrado en ninguna granja tras las restricciones adoptadas por el Gobierno aragonés, como la prohibición de criar aves al aire libre.

Para tratar los siguientes pasos a seguir, el Departamento de Agricultura ha reunido a los representantes del sector ante la amenaza que supondría la entrada de gripe aviar en una explotación.

Y es que, en caso de que se detecte un caso de gripe aviar en una granja, inmediatamente hay que proceder a sacrificar a los animales, con el daño económico y moral que supone para los agricultores.

Después de sacrificar a los animales, deben continuar otra serie de actuaciones, como la destrucción del estiércol, los huevos y el pienso.

“La granja tiene que quedar completamente limpia de toda la materia contaminada y hacer una desinfección primero preliminar y después definitiva en todos los departamentos de la explotación, no solo donde estén las gallinas, sino los centros de clasificación, hielos de pienso o conductos de agua”, ha subrayado Ramón Jové, asesor del Centro de Sanidad Avícola de Aragón y Cataluña (CESAC).

Por el momento, desde el Gobierno de Aragón no se plantean intensificar las medidas de seguridad y restricciones adoptadas la semana pasada, aunque se mantendrán todas las alertas activas para prevenir posibles contagios.

Asimismo, todavía no se han estudiado ayudas económicas que compensen las pérdidas que supondría la entrada de la gripe aviar en las explotaciones. “Eso es adelantarnos. Si fuera necesario, lo estudiaríamos, pero en este momento no lo consideramos oportuno ni necesario”, ha apuntado el consejero de Agricultura, Javier Rincón.

Sin entrar en granjas, el principal foco se encuentra en las aves migratorias, cuyo paso por Aragón se espera que esté ya en descenso y termine en 15 o 20 días. “El número de animales que toman este camino es cada vez más bajo y, por tanto, las posibilidades de contagio son menores. Ahora, eso no nos debe, ni muchísimo menos, tranquilizar. La vigilancia debe seguir”, ha subrayado el veterinario Juan José Badiola.

Y, en el caso de que hipotéticamente entrara a las granjas, se hace un llamamiento a la tranquilidad a la población. “En el momento en que eso ocurra, nada de lo que sale de esa granja llegará al consumo. Es un virus que no soporta más allá de los 70 grados. Si pones una pechuga de pollo en la planta o en la sartén, en cuanto el tono rosado de la carne pasa a blanco, el virus ya ha desaparecido”, ha remarcado Badiola.