Aguirregabiria celebra el gol del Real Zaragoza.

Aguirregabiria celebra el gol del Real Zaragoza. LaLiga Hypermotion

Real Zaragoza

Un golazo decanta el derbi aragonés para el Real Zaragoza, que celebra su primera victoria en casa y vuelve a creer

El conjunto maño pone fin a una racha de seis derrotas consecutivas a costa del Huesca (1-0), gracias a un gol por la escuadra de Aguirregabiria.

Más información: Así hemos vivido el derbi aragonés entre el Real Zaragoza y el Huesca: los locales ganan por primera vez en el Ibercaja

Zaragoza
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Siete partidos en casa han tenido que celebrarse para que el Real Zaragoza consiga ganar frente a su afición este curso. El Ibercaja Estadio ha cantado por primera vez la victoria de su equipo y tenía que ser, precisamente, en el derbi aragonés frente a la SD Huesca. Es la segunda del curso de los blanquillos y el primer triunfo de Rubén Sellés. El Huesca, por su parte, acaba la jornada en puestos de descenso y Bolo no consigue cambiarle la cara al cuadro oscense. 

En un partido poco vistoso, el Real Zaragoza se adelantaba en el minuto 12 con un golazo por la escuadra de Martín Aguirregabiria. Con un Huesca, que estrenaba técnico, pero que no mostraba mucho fútbol, los locales aguantaban el marcador hasta la conclusión para poner fin a una racha de seis derrotas consecutivas y recortar tres puntos a la salvación (a 6).

Seguramente nunca antes un duelo entre los dos equipos aragoneses en Segunda División se había presentado en una situación tan dramática, con ambos en puestos de descenso a Primera RFEF. El derbi apenas se vivía como tal, pero la realidad es que a cada uno solo le valía la victoria.

Sobre todo, al Real Zaragoza, que sumaba seis derrotas consecutivas y ya veía la salvación a 9 puntos. El Huesca, aunque con más síntomas de vida, había caído a puestos de descenso con el empate del Granada y aspiraba a volver a ganar con la llegada de Jon Pérez Bolo, sustituto de Guilló.

En busca de cambiar la dinámica, Sellés introducía varias modificaciones en un once con un sistema 4-2-3-1, la más destacada, la de la portería. Se caía Adrián Rodríguez por Esteban Andrada. En el centro de la defensa volvía Radovanovic junto a Insua y se mantenían Pomares y Aguirregabiria en los laterales. En el centro del campo, sorprendía la presencia de Keidi Bare con Guti, además de Valery, Soberón y Francho. Como referencia en la punta, aparecía Kenan Kodro.

En el Huesca, el primer once de Bolo lo formaban Dani Jiménez, Carrillo, Jorge Pulido, Íñigo Piña, Álvarez, Sielva, Dani Luna, Kortajarena, Portillo y el exzaragocista Sergi Enrich.

Durante toda la semana el ambiente había sido descafeinado en torno al derbi. También lo ha sido en el recibimiento de los equipos y en la previa. Eso se plasmaba en las gradas, aunque el fondo sur trataba de animarlo con un mosaico y con los primeros gritos hacia la directiva.

El ánimo del Ibercaja Estadio se volvía más positivo con el inicio del encuentro, ya que los de Rubén Sellés salían enchufados. El primer saque de esquina, en corto, finalizaba con un disparo de Kodro desde la frontal que desviaba Jesús Álvarez casi bajo la portería.

Así pues, con un Huesca a la defensiva, el Real Zaragoza se sentía cómodo y dominaba la posesión, aunque no creaba demasiado peligro. Entonces, cuando el marcador señalaba el minuto 12, de un saque de banda que ponía Pomares y tocaba en defensa, aparecía Martín Aguirregabiria como una estrella fugaz de las que solo se ven una vez.

El lateral derecho anotaba desde más de 20 metros de distancia un golazo por la escuadra en el que Dani Jiménez no podía hacer nada. Los zaragozanos se adelantaban en el marcador tras una buena puesta en escena, mejorada por la pasividad del Huesca.

Tras el desastre del pasado domingo en Granada, había que ver cómo le sentaba ponerse por delante a los pupilos de Sellés. Por suerte para los blanquillos, seguían dominando el choque pese a que la intensidad iba disminuyendo.

Si bien es cierto que desde entonces el Huesca pisaba campo contrario, no lo hacía con demasiada intención ni peligro. El partido se dormía y apenas pasaba nada que reseñar en esta crónica hasta casi el minuto 40, cuando los visitantes tenían el primer disparo a puerta. Era de Luna y lo despejaba Francho a córner, en el que Pulido se aproximaba, pero Andrada despejaba con el puño.

Cerca del descanso, el Zaragoza podía incluso anotar el segundo, pero no aprovechaba el balón parado, ni los desajustes defensivos de los oscenses. Por ello, se mantenía el 1-0 en el minuto 45.

Segunda parte

El segundo acto arrancaba con la misma trama que la primera parte. Apenas ocasiones de peligro y el Real Zaragoza con algo más de mordida. Tampoco mucha, ni suficiente para encontrar puerta. De hecho, el primer disparo tras el descanso era pasado el minuto 60, de Kenan Kodro a las manos de Dani Jiménez.

Cuando el partido iba entrando en la recta final, el Huesca intentaba ser más ofensivo haciendo sufrir por momentos a los locales y a todos los parroquianos. En el 69’, Andrada salvaba un buen lanzamiento de Portillo, que predecía otras llegadas peligrosas sobre el área.

No obstante, los de Sellés sabían parar el juego en ese momento y volver a poner la pausa. Había pocos lanzamientos más a puerta en esta segunda mitad y casi en el 90, Radovanovic veía la segunda amarilla, por lo que el Zaragoza se quedaba con uno menos.

Los azulgranas, a la desesperada, querían el empate, pero no peligraba la victoria para los zaragozanos, que ganan por primera vez en su casa a costa de su vecino, el Huesca, que tiene mucho que mejorar.