Cámara de videovigilancia en el barrio de Delicias.

Cámara de videovigilancia en el barrio de Delicias. E.E

Zaragoza

Las cámaras no acaban con la inseguridad de esta conflictiva calle de Zaragoza: "Conocen los ángulos y van tapados"

La medida fue solicitada por los comerciantes de la zona para terminar con los problemas de seguridad.

Más información: Dos cámaras con inteligencia artificial reforzarán la seguridad de una de las calles más conflictivas de Zaragoza

Nazaret Parrilla
Zaragoza
Publicada

Hace ya un mes que entraron en funcionamiento las cámaras de videovigilancia en el barrio de Delicias, una medida impulsada por el Ayuntamiento de Zaragoza para poner fin a los crecientes problemas de seguridad de la zona, en concreto, de la calle Delicias. 

Sin embargo, los vecinos y comerciantes del barrio expresan diferentes opiniones sobre cómo han recibido estas cámaras. Así pues, muchos consideran que la seguridad es la misma y no ha cambiado nada, mientras que otros aprecian una ligera mejora en la convivencia.

Las dos cámaras se instalaron en el entorno del Jardín Vertical, uno de los puntos más conflictivos del barrio y de mayor concentración de personas. Además, allí conviven numerosos locales, cuyos trabajadores conocen bien esta situación.

Una dependienta de un establecimiento cercano asegura a este diario que "todo sigue igual" en cuanto a peleas, delincuencia o conflictos. De hecho, según relata, muchos de los habituales de la zona "no se han dado cuenta de las cámaras, o no les han dado importancia". "Tendrían que dar más a conocer que hay cámaras", ha apuntado.

Incluso, sostiene que quienes son conscientes de su presencia saben cómo esquivarlas: "Conocen los ángulos de grabación y además muchos van con la cara tapada", ha asegurado la trabajadora.

Otro trabajador de la misma zona asegura precisamente que no sabía nada de la activación de las cámaras, aunque el local está situado paralelamente al Jardín Vertical. Aun así, duda de su utilidad y reclama sanciones "más duras para quienes generan conflictos".

En esta misma línea, una vecina lamenta que esta medida no haya tenido apenas impacto: "No han hecho absolutamente nada, sigue habiendo los mismos problemas y por la noche no se puede ni estar", ha criticado.

No obstante, otros vecinos sí perciben algunas mejoras. Así lo apunta un trabajador, quien afirma que desde la activación de las cámaras hay menos personas en la calle: "Antes podía haber hasta 50 personas en la plaza, ahora no hay tantas porque saben que la cámara está activada".

Además, cree que las grabaciones son revisadas con frecuencia: "Creo que ha mejorado porque cuando pasa algo lo ven y si hay una pelea en la plaza a los 10 minutos llega un coche de Policía", ha comentado.

Jardín vertical en el barrio Delicias.

Jardín vertical en el barrio Delicias. E.E

A pesar de ello, reconoce que los conflictos continúan y asegura haber escuchado amenazas contra los dispositivos: "Escuché decir ya verás que pronto apedreamos esto", ha dicho.

También otra vecina que trabaja por la zona ha indicado que desde las cámaras hay menos personas en la calle, aunque asegura que la mejor solución son las patrullas de Policía: "Hay coches de Policía todo el tiempo, creo que eso es más efectivo que una cámara", ha confesado.

Funcionamiento con IA

El contrato de las dos primeras cámaras de la calle Delicias se adjudicó a Orbe Telecomunicaciones SL por casi 16 mil euros, IVA incluido, el pasado mes de noviembre. Según el pliego, las cámaras cuentan con inteligencia artificial (IA) y son capaces de detectar comportamientos sospechosos a partir de los datos que capten del movimiento; información que es anonimizada para garantizar el respeto a la privacidad y únicamente podrá usarse "a requerimiento judicial".

Esta fórmula permite monitorizar, analizar en tiempo real y procesar todo lo que ocurra en el entorno, una apuesta que podría ayudar a mejorar la degradada convivencia vecinal y evitar el deterioro del mobiliario urbano.

Se trata de un sistema que pretende incorporar más instalaciones a futuro. Las cámaras se conectan a través de fibra óptica y se enlazan a la red del Ayuntamiento a un videograbador a modo de servidor ya instalado en el Centro de Control de la Policía Local, que recibe las imágenes para su tratamiento y almacenamiento.