Concepción Pinilla, cirujana plástica, en su consulta en Zaragoza.

Concepción Pinilla, cirujana plástica, en su consulta en Zaragoza.

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Concepción Pinilla sobre el aumento de la cirugía estética: "Sé cuando hay que redirigir a un psicólogo"

Concepción lleva más de dos décadas como cirujana estética, plástica y reparadora, pero cuenta que la cirugía nunca se había "democratizado" tanto.

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Zaragoza
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Concepción Pinilla siempre tuvo claro que quería dedicarse a ayudar a los demás. Lo supo cuando su hermana sufrió quemaduras graves e ingresó de manera urgente en la unidad de quemados. Aquel momento marcaría el inicio de su vocación, aunque entonces aún desconocía el mundo de la cirugía estética.

Ahora, con 62 años, y su propia consulta en Zaragoza, Concepción lleva más de dos décadas dedicadas a la cirugía estética, plástica y reparadora y cuenta que su profesión puede cambiar vidas, pero que también se ha "democratizado" mucho.

"No es necesario tener una estética perfecta para ser feliz, pero hay personas que nacen con unas deformidades importantes y podemos ayudar a que esa persona esté conforme con su físico", explica la cirujana.

Pese a los prejuicios que se pueden tener sobre la cirugía estética, a algunas personas, una operación puede cambiarles la vida: "Me dicen que les he devuelto la ilusión y te pones súper contenta", confiesa.

La otra cara

Durante mucho tiempo, la cirugía estética era percibida como "un objeto de lujo" reservado para unos pocos. Sin embargo, esa barrera ha desaparecido para casi todo el mundo: "Se financian y no son precios desorbitados", explica.

A eso se le suma el avance tecnológico con procesos "mínimamente invasivos" y de "recuperación muy rápida", factores que provocan que la cirugía estética sea todavía más demandada.

Sin embargo, la cirujana advierte de que este acceso masivo también ha traído nuevas presiones sociales y psicológicas entre los más jóvenes.

Según un estudio de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, ya son más de 200 mil operaciones las que se hacen al año, es decir, más de 500 al día, y alrededor de 4.000.000.000 de euros al año por estas operaciones.

Así, según la Sociedad Española de Medicina Estética, la mitad del país asegura haberse sometido a un tratamiento estético, con un gran incremento entre los pacientes jóvenes.

Aumento en jóvenes

Pero si hay una razón de peso por la que han aumentado las cirugías estos últimos años, es por las redes sociales: "Están sometidos a una presión social tremenda para ser gente insegura, insatisfecha, triste...", señala.

Concepción cuenta que los adolescentes están teniendo un gran problema de "inseguridad estética" porque las redes sociales les muestran una estética que no es la real: "Se piensan que ese es el estándar de belleza y en realidad lleva filtros y retoques", dice.

Por eso, tal y como explica, "las redes sociales están haciendo muchísimo daño", pero ya no solo en mujeres, sino que ahora se trata de un problema que también ha crecido entre los hombres.

"Entre lo más demandado están las orejas y la nariz, y en las chicas el aumento de mamas", explica. Aunque en este último caso, muchas veces llegan a la consulta sin estar todavía "desarrolladas".

"Con 16 años pueden llegar a estarlo, pero no haber alcanzado la madurez para poder asumir lo que supone una cirugía", cuenta Concepción.

Ricky Martin, antes y después de su cambios estéticos.

Ricky Martin, antes y después de su cambios estéticos.

Y es, precisamente, esa falta de madurez lo que hay que tener en cuenta antes de una operación: "Sé cuándo hay que redirigir a un psicólogo", afirma.

Por eso, tras muchos años de consultas, Concepción sabe cuándo no hay que realizar una intervención quirúrgica porque se trata de un problema psicológico. El reto, sin embargo, es "muy complicado", porque supone que una adolescente acuda a un psicólogo.

"Tienes que acercarte como una amiga, intentar que cojan confianza y que consideren tu opinión, no simplemente como si fueras su madre y dices que no pueden operarse", cuenta.

Además, Concepción confiesa que ha rechazado cientos de intervenciones: "Han venido niñas de 15 años diciendo que tienen las piernas más feas del mundo y en realidad son bombones", afirma.

En estos casos, la menor de 16 años tiene que venir acompañada de su madre, padre o tutor, y aunque a partir de los 16 no es necesario, Concepción nunca se ha visto en "la tesitura de ir en contra de los padres", ya que a su consulta han ido siempre acompañadas.

Por eso, para ella, el prestigio de un cirujano se mide tanto por las operaciones que se realizan como por las que decide no hacer: "Te niegas a hacerlo porque sabes que estará mal hecho", cuenta. También resalta: "Decimos que no muchas veces y eso con la gente joven pasa muchísimo", afirma.

Operaciones en adultos

Pero no se trata solo de un auge entre los más jóvenes, las operaciones estéticas también aumentan en edades adultas, a veces, con el objetivo de "no envejecer". Sin embargo, Concepción tiene "unos límites" para "rellenar y estirar" los rasgos faciales.

"Siempre busco la naturalidad, yo esas cirugías no las hago, no aportan nada", afirma. Al final, los años pasan y es algo que "hay que asumir". "Prefiero una persona que haya envejecido con dignidad que una caricatura de sí misma", afirma.

Y si hay otro tema que rodea a las operaciones estéticas, son las denominadas "clínicas piratas", un tema del que Concepción es muy "crítica".

"Hay que operarse con un profesional titulado y con experiencia y huir de las franquicias que lo que quieren es un beneficio económico por delante de todo", afirma con rotundidad.

Al final, para llegar a ser cirujano plástico hay un largo "proceso de especialización muy bien reglado". Por eso, insiste en que son en ellos en quien deben de confiar, y que tienen un papel muy importante: "Somos médicos y lo primero que tenemos que hacer es no hacer daño", concluye Pinilla.