
Vecinos de Azuara este pasado fin de semana tras las tormentas que anegaron el pueblo EFE
Carmen Maluenda, psicóloga de emergencias, en los pueblos arrasados: "La sensación de abandono es tremenda"
Dos psicólogos de emergencia y catástrofes se encuentran activados en la zonas afectadas desde este lunes para ofrecer apoyo psicológico a los afectados.
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La frustración y el cansancio comienzan a hacer mella en los vecinos de los pueblos arrasados por las tormentas el pasado viernes. Con pala en mano sacan fuerzas para poder volver a recuperar cierta normalidad tras la destrucción de viviendas, calles y carreteras. Sin embargo, todo ello además de pesar físicamente también tiene un bagaje emocional con el que tienen que lidiar los afectados.
Para poder prestar cierta ayuda a sobrellevar estos momentos, desde el lunes está activado un equipo de psicólogos de emergencias y catástrofes en la zona cero de la devastación. En su primer día, dos psicólogas estuvieron recorriendo las calles de Azuara: "La gente estaba alterada, había más sensibilidad a nivel emocional", expresa Carmen Maluenda, coordinadora de el equipo de psicólogos de emergencias y catástrofes del Colegio de Psicólogos de Aragón.
Ese mismo día coincidió con la visita del presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, donde se vivieron momentos de tensión descargados por los vecinos echándole en cara su tardanza. La descarga de emociones de este tipo en estas ocasiones Maluenda las señala como "lógicas": "La gente estaba enfadada, se sintieron abandonados y es totalmente lógico que se desahogasen y le reclamasen porque los apoyos en estas circunstancias son importantes", explica.
Tras esa primera batida de reconocimiento, los psicólogos han seguido en el terreno donde se puede ver que la sensibilidad emocional del lunes se encontraba más controlada: "Están más centrados en todo lo que es la reconstrucción y la limpieza para seguir adelante", detalla.
Con todo ello, este equipo es una pieza clave y ofrecen una atención "más personalizada". Así, trabajan en el terreno haciéndose presentes en las calles, zonas de reunión: "Hablamos con ellos e incluso les preguntamos si conocen de gente que han visto que nos necesitan para ir directamente y ofrecernos", explica.
De esta manera, señala que la mera presencia de ellos en la zona "calma" en sí mismo: "En estos primeros momentos la sensación de abandono y de impotencia es tremenda entre los vecinos y tener que alguien se preocupa por ellos es calmante".
Además de la mera presencia de estos profesionales, Maluenda explica que el contacto físico resulta también un "alivio" para los propios vecinos quienes requieren un abrazo, cogerles del brazo o un apretón de manos. Esta situación recuerda a lo que los propios psicólogos desplazados en Valencia en noviembre vivieron ya que muchos de los afectados pedían refugio en abrazos de estos profesionales como manera de contacto con la realidad.
No es lo único ya que como bien detalla "el apoyo mutuo entre vecinos y familia es imprescindible" como fuerza de unión para salir adelante. Del mismo modo, señala: "Si ven a compañeras o ven a cualquier otro tipo de servicio y lo necesitan, que se acerquen".
A pesar de que ahora lo que abunda es frustración, fuerza por seguir adelante y un sentimiento de supervivencia en los vecinos. La coordinadora alerta que cuando pase un periodo de tiempo y los afectados vean que la situación material vuelva a cierta normalidad, nuevas reacciones tomarán el control.
"Tendrán más agitación emocional, estarán más ansiosos, nerviosos, les costará dormir e, incluso, tener dificultad hacia ver una visión de futuro. Todo eso va a ser esperable durante un breve periodo de tiempo", subraya.